Textos dramáticos de los alumnos


             
                        
                         Tiembla, España
                                                     David Gutiérrez
No son ni las siete de la mañana y me ha dado por echarle un vistazo a la edición digital del "20 minutos". Apenas acaba de cargar la página y la primera en la frente, foto de Camps sonriendo tras ser declarado inocente. Concentración y esfuerzo para retener el café en el estómago y una duda insustancial invade mi cabeza ¿El hecho de que los malos tengan cara de malo es solo un chiste cínico de la genética o nos encontramos ante una de las muchas manifestaciones de las teorías darwinistas?  Por si acaso no me mojo y le doy a cada una su porción de mérito, total, estoy hasta las pelotas del caso Gürtel, no pienso leer el artículo.
Tras el tremendo titular sobre el presidente de esa comunidad donde mola más Emidio Tucci que la educación – a menos que el señor Tucci diseñe también mantas, lo cual, lo explicaría todo- viene, cómo no, el opio nuestro de cada día, fútbol. Ejercito mi propia disciplina deportiva pasando olímpicamente y...¿Qué me encuentro? Dos titulares sobrecogedores, uno de gran interés para millones de compatriotas, el otro, solo para unos cientos :
" Comienzan las conspiraciones en Gran Hermano 12+1" y "Los sindicatos y los empresarios firman el pacto salarial que necesita España". Sí, a mi también me ha interesado más el de GH. Será porque soy joven e inexperto, pero tengo una manifiesta incapacidad para recordar un tiempo en el cual las negociaciones sindicales no se llevaran a cabo en hoteles de cuatro estrellas, con semanita de dietas incluida. Por no mencionar el pequeño detalle de que eso de que "los sindicatos son organizaciones constituidas para la defensa de los derechos de los trabajadores" es una definición que queda la mar de chula en los libros de historia.
Sin embargo lo de GH...tiene gancho. 12+1...joder...si hasta tenemos un productor de Telecinco con nociones de aritmética. Bien chicos, vamos bien.
             Pero en fin, uno ve estas cosas junto a otros titulares como "Riahana se suelta el pelo", "Urdangarín no será despedido de Telefónica" o "Novedosísima investigación revela los posibles efectos adversos de afeitarse las pelotas con cuchillas oxidadas" y ni se cosca, la misma mierda de siempre, oiga. Al fin y al cabo, ya que vamos a estar desinformados, que no sea por falta de titulares sensacionalistas. Faltaría más, colega.
No, lo que toca los huevos de verdad es ver dos noticias con el mismo prota, el señor Gallardón (Héroe de los conservadores chupiguays, que no hace sino aprender de la experiencia), que anuncian dos reformas de lo más curiosas. Posible reforma de la Ley del aborto mediante la cual los menores ya no podrán abortar sin el permiso de papi (Que yo me pregunto ¿Por qué estas cosas no vienen acompañadas de una cláusula que obligue a dichos papis a hacerse cargo de la criatura, en caso de que impidan abortar al putón impío que antaño fue su nenita) y la (cito textualmente) "Implantación de prisión permanente revisable". Una forma cuca de llamar a la Cadena Perpetua, vaya.
Lo irritante del caso no es el tono eufemístico de los titulares, ni la parcialidad y el ningunismo con que se tratan ambas noticias, sino la mierda de espacio, apenas visible, que ostentan ambas noticias, de capital importancia para el futuro de muchos. Son decisiones chungas del nuevo gobierno y éste no tiene pinta de andarse con chiquitas, mejor no pringarse, Manolo, que nos cierran el chiringuito.
        Pero bueno, estoy tranquilo, siguiendo con mi lectura, veo que las voces enrabietadas de los indignados se alzan contra la injusticia. Club de fans de la Pantoja, decid que sí, que si a la vuestra la martirizaron por "estar enamorada hasta las trancas" a la infanta, también. Con dos cojones.
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¿Quién eres tú niña loca?
                             Carmen Aguza
En escena (derecha escenario) aparece una niña con un uniforme de rayas grises, de unos seis años de edad en el patio de un colegio. Se oyen voces de niños pequeños corriendo y riéndose. Esta sentada en el bordillo de la palmera que está en el fondo, observa a los niños cómo juegan, los mira con desprecio.
A la izquierda del escenario, aparece una chica de unos dieciocho años, mira a la niña con nostalgia, a su lado aparece un hombre vestido de negro.

-          Chica: (se acerca poco a poco a la chica)  ¿Qué te pasa por qué no juegas con tus compañeros?

-          Niña:   Prefiero comer mandarinas.

-          Chica: ¿No te caen bien tus compañeros?
La niña sale corriendo se aísla en una esquina del patio y se tapa los oídos.

-Niña: (canta) “Los chicos no lloran tienen que pelear...”
-Chica: No le tengas miedo, no haría daño a una mosca y lo sabes.

En ese momento, la chica abandona esa parte del escenario y se dirige al hombre de negro, el foco de la parte derecha del escenario se va apagando lentamente. Se enciende el foco de la parte izquierda donde está situado el hombre de negro.

-          Hombre de negro: ¿Te acuerdas? No solías jugar con nadie. La profesora llamó a tu madre diciéndole que no te mandara tantas mandarinas que no te daba tiempo a jugar.

-          chica: Sí…claro que lo recuerdo.  Mi madre nunca ha querido ver la realidad, siempre se engaña.

-          Hombre de negro: ¿Recuerdas algo más de tu infancia?

-          Chica: Recuerdo muchas cosas pero ni siquiera sé si son ciertas…
Solo recuerdo que odiaba las películas de Disney y que no disfrutaba con nada, solo con los conciertos de Papa aunque después él no viniera a ninguno mío. No jugaba con ellos porque no me gustan los grupos en los que hay que hacer algo para entrar, porque nunca me gustó ese colegio, porque las profesoras no vigilaban y no veían que estaban destrozando la vida de aquellos niños que sufrían por culpa de sus compañeros. Recuerdo que siempre decía la verdad y que a veces dolía. Era una vieja atrapada en un cuerpo de niña.
También recuerdo a aquella niña ciega que me devolvió la vida y esa falta de vergüenza que ahora echo de menos.  Esas tardes llorando en el cuarto de baño porque era el único sitio que tenía pestillo y esa sonrisa cuando salía de él.
Nunca nadie me lo notó. Nunca nadie se preocupó de mí, quizás me preocupé de  que fuera así, ellos ya tenían bastante.

-          Hombres de negro: ¿Te arrepientes de algo?

-          Chica: Mi padre siempre dice que no vale la pena arrepentirse de nada, que no hay que añorar el pasado ya que no se puede cambiar. Pero sí, me arrepiento de millones de cosas, de aquel día que quise salir a aquel escenario, de no haber mentido para disfrutar, de no haber tenido las narices suficientes para hacer todo lo que dije que haría, de no haberle contestado nunca, de tenerle miedo… en conclusión  de no haber sido ni niña ni adolescente.

-          Hombres de negro: Bueno dicen que  de los errores se aprende. ¿Qué has aprendido tú?

-          Chica: Nada.

-          Hombre de negro. ¿Nada? Pues yo sí sé qué has aprendido.  Has aprendido a no vivir por       y   para los demás. ¿Sabes por qué lo hacías? No era porque fueras una buena persona no... Es que no querías tener tiempo para conocerte y la conciencia te mataba, yo te mataba.

-Chica: Y aún me matas.

Se apagan todos los focos. La sala se queda oscura y suena un disparo.

-          FIN.




La triste confesión de Blanca Portillo
                                                                     Pedro Luis López Bellot
Una mesa de madera gruesa se encuentra en el escenario. En ella hay una pluma metida en tinta, libros, papeles y un pequeño, pero rústico, set de maquillaje. Justo a los pies, se levanta un espejo parecido al de los camerinos, pero su estructura es de madera vieja y está iluminado por dos velas (una a cada lado). Una lámpara de vela ilumina la mesa. En las paredes hay pebeteros o antorchas que mantendrán la sala en penumbra. A la derecha hay una estatua de Margarita Xirgu, idéntica a la que hay en el Teatro Romano de Mérida. Blanca Portillo se encuentra sentada en la silla con las manos en la cabeza, lleva una bata roja de seda brillante y el pelo engominado hacía atrás. Sonará el Réquiem de Mozart durante todo el soliloquio.
-BLANCA: (Consternada, sollozando) ¡Se faltó a la verdad! Nos plantearon una realidad que resultó no ser cierta, a mí, a Blanca Portillo. No puedo perdonarme que la gente no pueda comer por mí. He sido desterrada… Me han tapado la boca, (mirándose al espejo mientras empieza a maquillarse) ¡Cómo he podido caer en una trampa semejante, cómo he podido confiar en ellos! ¡Han vapuleado mi honor! Estos Conquistadores llegaron a mi casa vendiéndome un Imperio que ya no existía, querían aprovecharse de mis gentes, utilizarlos para generar beneficios al Imperio, para divertirse a nuestra costa, vapuleando la dignidad del Teatro, mi imagen, mi carrera…(Pega un golpe en la mesa llena de rabia y dolor)  
- PORTILLO:(A sí mismo, se levanta mientras deambula por el espacio) Lo sé, lo sé, ¡no me tortures más…! ¡Se faltó a la verdad! ¡Se faltó a la verdad! Tienes razón… había que hacerlo, la artista y la directora soy yo… (ríe fuera de sí) Lo hemos hecho bien Chusa (coge un muñeca inocente de papel y le habla en la palma de la mano, en ocasiones la colgará de su hombro) se han tragado lo de los despachos, en el fondo hemos salido impunes para la profesión… ¿Qué dices? (Enfadada) ¡Eh! Aún sigues pensando igual… ¡me da igual lo que digas…! ¡me da igual! La avería limpiará todo, Emérita pagará la gestión… La Avería está arreglada… La Avería…(pensando)
-BLANCA: (pensando) La Avería… la que tiene el Festival, si no son capaces de levantarlo me sentiré culpable, qué puedo hacer… ¡¡ya nada!! (Mira a la estatua y se dirige a ella) Margarita, perdóname, tú has levantado esto y mira cómo lo tienen, lo concebías como un proyecto de futuro para nosotros y ahora las ruinas son las que desolan el Festival, como las grandes ruinas romanas, esta joya del Teatro Grecolatino se desmorona. (Nerviosa) Quieren que sea yo la que pague las consecuencias, Chusa también, pe..pe..pero a ella no la atacan… (Indignada) ¡Se faltó a la verdad desde un principio! Anduve por los despachos a oscuras, la Institución era negra…había algo, pero, ¿qué podía hacer?… ¡Eh! ¡¡dime tú qué hubieras hecho…!! (Entristecida) Pero con lo que no puedo es con el peso de esos ojos, de esas miradas, me fusila su falta de pan, les he mentido, les prometí que lo primero serían los pagos… Pero dime ¿¡Qué puedo hacer!? Si estuvieras aquí… Me tiraron ramas de olivo al suelo, decían que era como tú, la Margarita Xirgu del siglo XXI… (Se acerca y la toca)
-PORTILLO: (mientras toca a Margarita Xirgu) Del siglo XXI… de este siglo y de todos voy a ser yo… ¿Qué pensabas, que iba a consentir cómo Mérida se establecía, se afianzaba para que fueses recordada por la eternidad? (ríe de nuevo) ¡Noooooooo!!!! ¡¡Nunca!! Ahora soy yo la que reino, ¡Se faltó a la verdad y pumba! “La Portillo”, como dicen por estas tierras, está absuelta, con compañía Estable, una imagen limpia tras ser humillada por un escándalo… (A sí mismo) perfectamente preparado eso sí… (Ríe de nuevo, después con tono irónico) Rendiré homenaje a Sergio Parra y a mi niño Asier Etxeandia ¡borraré al Centauro que me eclipsó en Medea! (Se encoge de hombros).
-BLANCA: (Se encoge de hombros y se da la vuelta dirección al camerino) Aquello fue horrible, el teatro entero levantado, un estruendo atronador se hizo eco en aquellas piedras cuando Asier saludó… ¡Y yo qué! Era Medea, Pandur me tiene de musa a mí, a “La Portillo”, pero claro, vino él a eclipsarme… ¡Cómo no pude imaginar aquel fracaso! (Mira de nuevo a Margarita) ¡Por qué no dejas de mirarme, por qué me sigues atormentando!... (Mira a “Chusa” que la tiene en el hombro) Tú te empeñaste en que esa foto era la que más te gustaba, que había que ponerla, que nadie iba a reconocerle (Coge a Chusa, la pega en el espejo y le habla de manera irracional) ¡Mentira!, ¡Mentirosa!, querías hundirme, tú lo haces todo desde ahí abajo, mellas mi consciencia, alimentas artimañas… No…no podía dormir… tú no me dejabas, ¿¡Por qué!? (grotesca) Con tus gafitas caminabas de un lado para otro, martilleabas una y otra vez mi persona con esa nariz apolillada… ¿¡quién eres!?... ¿¡oye tú, perra, dime quién eres!? Por qué sigues mirándome… presiones…presiones , llamadas a la puerta, una gaviota entra y las rosas se marchitan… flashes… cuadernos.. flashes y gaviotas, rosas marchitas… martillito…martillito…otro flash… ¡Se faltó a la verdad! Inquisidores polígamos llamaban a la puerta… martillito… ¡basta!... ¡bastaa!...¡¡¡¡baasstaaaa!!!!... Está bien, la foto se quita… (Apoyada en la silla de pie con la cabeza baja).
-PORTILLO: (Apoyada en la silla, levanta la cabeza despacio) Y la foto se quitó, éste ha sido el momento más duro de mi carrera, tuve que ceder, les tuve que dar el placer de retirar algo que yo había permitido, que forma parte de la libertad que tiene el arte como expresión universal, me había traicionado a mí misma, siempre pensé que yo sería diferente, que sería capaz de luchar contra este tipo de injusticias, más en un Festival de Teatro… Lo siento Sergio… Lo siento Asier… por haberos causado tanto trastorno… (Coge una corona de espinas que hay al extremo opuesto de la mesa que mira a la cavea y se la coloca en la cabeza)
-BLANCA PORTILLO: (Se pone la corona en la cabeza, poco a poco, irá andando dolorida hacia el centro de la escena mientras se desata la bata. La dejará abierta, irá desnuda, pero su cuerpo estará exactamente igual al que tiene Asier Etxeandia en la polémica foto retirada por el Festival, con los estigmas en el torso y el escapulario del Cristo de Velázquez en sus partes, en la pierna derecha llevará atado un cilicio, su interpretación tiene que ser por momentos como el Tiresias de Antígona) TIRESIAS- ¡Ay!, ¿hay algún hombre que sepa, que pueda decir… en qué medida la mayor riqueza es tener juicio? Y, sin embargo, tú naciste de esta enfermedad, cabal enfermo. BLANCA PORTILLO- Lo siento pero; ¿¡creéis que puedo cargar con las culpas yo!? Chusa se lavará las manos, las gaviotas vuelan, las rosas se marchitan, ¡piedras a mis pies!… La profesión indignada, el arte vapuleado, Margarita en el recuerdo ¿¡y Yo!? TIRESIAS- Con ellas me respondes cuando dices que lo que vaticino yo no es cierto, que gusta la de los tiranos de riquezas malganadas. Sí, me doy cuenta, porque si mantienes a salvo la ciudad, a mí me lo debes, me obligarás a decir lo que ni el pensamiento debe mover, por la parte que te toca, creo que así será. Y ve reflexionando, a ver si hablo por dinero, que, dentro no de mucho tiempo, se oirán en tu casa gemidos de hombres y de mujeres, y se agitarán de enemistad las ciudades, todas, los despojos de cuyos caudillos hayan llegado a ellas, llevadas por perros o por fieras o por alguna alada ave que los hubiera devorado. Porque me has azuzado, he aquí los dardos que te mando, arquero, seguros contra tu corazón; no podrás, no, eludir el ardiente dolor que han de causarte. PORTILLO BLANCA- No miren para otro lado, aquí me tienen, he quebrantado la línea de fuego, prediqué en el desierto, mis mandamientos no se cumplen, juzgaréis mi recorrido veraniego, pero he plantado una semilla “Estable”, con toda la Avería del momento, resucito y allí se levantarán templos, los clasicismos serán míos, sólo mi palabra se recordará, las siete sillas volverán arrastradas por el viento y por fin, Cáceres sonará como lugar de Clásicos, mis Clásicos. Conquistaré Santa María y San Jorge, mi estatua permanecerá inquebrantable al paso del tiempo, pero antes de todo eso, lávense las manos y juzguen, dejen de mirar a otro lado, estoy martirizando mi gestión para ser condenada, para limpiar la culpa de otros… Háganme caso ¡Se faltó a la verdad!... ¡Se faltó a la verdad!  (Saca un pequeño frasco y bebe, después cae lentamente agonizando) Xirr...gu.

FIN

                                                                   
 JUGANDO A LOS PLAYMOBIL
                    
                                         PEDRO LUIS LÓPEZ BELLOT

Torrejoncillo 1986, es otoño. Se mezclan los meses en el musgo de la calle, que asoma, entre las líneas que separan el hormigón del suelo. Nos encontramos en pleno centro del pueblo, Pedro Luis de 28 años, camina entre las casas y plazas que le vieron crecer,  por momentos, a medida que avanza, éstas se difuminan mientras pasea por esos rincones que tanto recuerda.  Es extraño, el sol ilumina la calle, sin embargo, la sensación que tiene, es que las luces están encendidas, mira al cielo y una neblina cubre los tejados del barrio. Suena repique de campanas, puede ser diciembre, huele a pólvora. De repente, oye a unos niños correr, son 4: Andrés pelo rubio (como una oveja), lleva gafas y va vestido con un peto verde, tiene 3 años; Rober, alto, lleva puestas unas calzonas de flores y camiseta de rayas lilas y azules, 2 años, J.Mary 4 años, gafota, viste igual que su hermano Rober, y Pedro Luis de 3 años lleva un peto amarillo, tiene el pelo como un pequeño casco. Corren hacía la Calle del Reloj mientras ríen y juguetean, Pedro Luis (28) los llama, como no le hacen caso, sale detrás de ellos deprisa, de repente, al llegar a la Calle del Reloj nº2, desaparecen todos y queda Pedro Luis (3), sólo, jugando con su balón de goma azul. 
Pedro Luis (28): ¡Tira! ( Pidiendo la pelota para jugar con él. Le recuerda a las tardes que jugará con Mario más adelante, esos años fueron mágicos entre los dos hermanos).
Pedro Luis: (pega un pelotazo dentro de su casa y se mete corriendo. Pedro Luis (28) sonríe, sabe lo que va a hacer el niño. Decidido a indagar en su infancia, se apodera de  su interior una profunda nostalgia. Decide que quiere continuar con su viaje en el tiempo, observa, según se acerca a su casa, las fachadas que guardan toda su infancia, la casa de su “Abuelita”, los vecinos, el gentío, el “fresco”, pilla pilla, caídas, los coches del barrio, el Seat azul de su padre que esperaba cada noche, los gatos, sus hermanas y su madre. Llega a la puerta de la casa, desliza el postigo y abre la puerta, todo cuanto habitó se muestra ante sus ojos envuelto en agua. Avanza por su casa mirando el baño a la derecha, el espejo barroco a la izquierda, de frente, el cuarto de Fotografía que tenía instalado su padre, ¡qué de noches a la luz roja pasamos esperando que los negativos dieran vida en el papel! La salita de estar, con la mesa donde dejábamos las copitas de Marie Brizzard para los Reyes Magos, la habitación de sus padres con la cama compartida para su hermano y él, la despensa de proyecciones del Cinexín, etc… tantas y tantas cosas se tornaban de repente en su memoria que no daba crédito, lo curioso era que no podía tocar nada, parecían proyecciones, flashes en el tiempo, fotogramas amontonados que estaban siendo disparados por la emoción, por el toque del recuerdo.
Pedro Luis (28): ¿Hay alguién? (escucha ruidos arriba).
Sube las escaleras y allí se encuentra en el salón pequeño de toda la vida, ante sus ojos se muestra el espacio donde más horas pasó, la televisión a la izquierda con una cinta de “La Bella y la Bestia”, dos habitaciones separadas por cortinas típicas de la localidad, una mesa camilla custodiada por dos sillones y un sofá. En las faldas de la camilla hay una silla de palos y mimbre, de ella cuelga un pequeño traje de Torero azul, el cesto de la costura está en el suelo. A la derecha, en los escalones que salen al balcón, está Pedro Luis (3). Tiene puesto un pijama rojo de manga larga y un chupete, juega a los Playmobil, alrededor de él, hay repartidos cientos de muñecos, divididos en varias zonas, mundos y submundos perfectamente identificados y clasificados, guardando un fiel reflejo de la realidad. El estadio de fútbol con sus aficiones y pancantas, el circo lleno viendo la función, la granja perfectamente estructurada, los Sanfermines realizándose por otro lado, La Encamisá, etc…
Pedro Luis (28): ¿Qué haces? (no contesta) Te he traído un regalo. (Saca un paquete envuelto).
Pedro Luis (3): (Se vuelve y coge el paquete. Quitándose el chupete, mientras abre el regalo) ¡Gracias! ( Lo abre  y es el Barco Pirata de Playmobil). ¿Cómo sabes que quería el barco?     ( Muy feliz, no cabe en sí mismo).
Pedro Luis (28): Por que yo un día fui niño y lo que más me gustaba era jugar con los Playmobil. Además, como lo pediste el pasado año a los reyes y no lo tenían, pues te lo regalo yo. (Sonríe). ¿Estás solo?
Pedro Luis (3): Sí , mi madre está en escuela con mis hermanas, mi padre trabaja en Plasencia y mi abuela ha ido a comprar. Yo no me muevo de aquí, juego todo el día porque mis amigos se han marchado fuera y los del barrio están en el colegio, pero a mí me da igual, lo que más me divierte es estar todo el día jugando, imaginando cosas… ¿Tú no juegas? ¿Me ayudas a montar el barco? (Salta de alegría y ríe)
Pedro Luis (28): ¡Claro que te ayudo a montarlo! Hoy vamos a jugar tú y yo todo el día. (Le toca la cabeza con cariño) Ahora es lo que tienes que hacer, seguir siendo feliz, jugar e imaginar. ¿Sabes? Te voy a contar un secreto: (en voz baja) Yo, un día, en otro tiempo, cuando era igual de pequeño que tú, lo que más me gustaba era jugar, construir y mover a los Playmobil como si fuesen reales, tenía la necesidad de probar cosas inalcanzables para mí, reflejar a los mayores en todos los movimientos, observar lo bueno y lo malo… Un día crecí y hasta que no volví a jugar con los Playmobil, no encontré la felicidad, mi necesidad es observarlos y mostrar su mundo como un juego absurdo, algo que forma parte del imaginario, eso es lo importante, la imaginación, creer para hacer, no tener miedo, tampoco tener prisa por abandonar la inocencia. Siempre estará tu madre, para regalarte abrazos. Comparte tu vida con toda la gente. La única pauta es ser feliz, sin pegar a nadie, sin hacer daño, pero sé sincero. Ya habrá tiempo de sombras, todo lo que decidas está bien, llegarán las sombras de la noche, el cambio de casa, de vida, la fractura, las decisiones, los amigos, el amor, la distorsión, la juventud sin identidad encontrada, el deseo, los gustos, la mayoría, los estudios compartidos, la fractura, una sonrisa, la bajada de la cruz, el telón de fondo, fondo tocado, sexo, un calambre repentino, vida, años, indecisión, colash, felicidad, el sol, personalidad…etc… todo lo entenderás a su debido tiempo, el único análisis posible es que serás quien soy, pero nunca seré quien eres, por eso te digo que juegues, sólo mi sonrisa ha vuelto, cuando descubrí que el mundo vive en una caja azul de juguete manipulada por niños de tu clase, que se divierten destruyendo el mundo que sueñas, pero en el que eres eternamente feliz. ¿Por cierto, cómo se llama la mujer de Pedro Luis? (Playmobil blanco de pelo negro).
Pedro Luis (3): Se llama María ( Morena, vestido rosa y pelo negro)
Pedro Luis (28): ¿Que más comparten? ¿Qué quieres que tengan?
Pedro Luis (3): Ellos tienen un descapotable, una casa grande, dos niños, un perro y él es un famoso que tiene mucho dinero y éxito porque hace las cosas bien, ella también es famosa, le gusta la moda, hace trajes para los demás.
Pedro Luis: (28) Sigue imaginando todo aquello que un día construiste, se transforma desde el subconsciente hasta el presente. ¿Puedo darte un abrazo?
Pedro Luis (3): ¿Cómo te llamas?
Pedro Luis (28): (Cuando se dispone a decirle el nombre, una especie de aspiradora lo absorbe mientras se aleja) ¡Sigue jugando a tú antojo, seré quien quieras que seaaaaaa…….!!!
Pedro Luis (3): Pues hoy voy a ser tú, por primera vez mientras juego a todas las cosas posibles.
Pedro Luis (28): (En su casa nueva, se encuentra viendo un álbum de fotos antiguo, tiene que elegir una instantánea para hacer un ejercicio de clase. Su espacio destinado a los estudios está lleno de libros de teatro, dibujos, maletas, etc… Todo bajo un desorden aparente menos su cabeza, que no para de construir escenas y posibles montajes de teatro. Llaman a la puerta, ensimismado contesta: ¿Quién es?  (desde el otro lado de la puerta alguien responde. Se levanta y abre)
Pedro Luis (3): (Va vestido de Torero con el traje azul, su cara está pintada de payaso, en la mano izquierda lleva una cámara de fotos y en la derecha una bolsa negra) ¿Qué haces? Te he traído un regalo. ¿A qué juegas? ¿Jugamos? (Los dos se abrazan y sonríen.)


                                                                             FIN
                                                                                                          

MALOS HUMOS!!!!

Por Olga Rodríguez Estecha

   Local de una churrería. A la izquierda del espectador vemos la barra en forma de L. Ocupando la mitad izquierda del escenario hay mesas con sillas, en una mesa habrá una figura humana que no reconocemos porque está en sombra y no se mueve. Todo está a oscuras, exceptuando una luz que viene de la izquierda. Desde ese mismo lado vemos salir humo y oímos el sonido de algo que se estuviera friendo, sabemos que son churros porque es a lo que huele todo el teatro.
   Entra la churrera, con muy malos humos. Lleva en las manos una bandeja de lavavajillas, que apoya en la barra. Mientras habla con alguien, que suponemos está friendo los churros,  distribuye con rutina los platos y los vasos de café, que hay en la bandeja, a lo largo de la barra.

CHURRERA: ¡Mira! ¡Vete a la porra!...¿Qué?..¿cómo que es muy temprano para discutir?¿Quién quiere discutir, di? ¿Quién quiere discutir? Yo no, ¡eh¡ yo no…sólo pretendía hablar contigo pero como contigo no se puede hablar, que pareces mudito…(mecánicamente limpia la barra, por el ritmo vemos que no sólo no se está apaciguando sino que va calentándose cada vez más)
 Si me contestaras, si en vez de callarte me contestaras, si  tuviéramos una conversación como Dios manda y habláramos como dos adultos sobre nosotros…no me sacarías de mis casillas. Pero como te callas, yo me altero  y me altero y acabo mosqueada y con ganas de ¡¡¡DISCUTIR!!!.(Saca un cigarrillo y lo enciende con ánimo de calmarse pero desde dentro le llaman la atención)¿Qué? Claro que he limpiado, lo he limpiado todo. Déjame vivir ¡coño!...¿Sí! Estoy fumando ¿qué  pasa? Es que no puedo fumar o que?...pero si no hay nadie…(apaga el cigarrillo)Estoy hasta las narices, el día menos pensado le meto un churro por…Todos los días lo mismo, ¡joder! Siempre igual. Limpia la barra, coloca las tazas, vigila el chocolate…pero si no hago otra cosa en todo el día. Anda que si llego yo a saber esto, pronto me caso con el churrero…Y mira que me lo dijo mi madre:
(se enciende un foco que iluminará una mesa ocupada por la madre, esta estará comiendo churros)
MADRE: ¿Un churrero,hija?
CHURRERA: Y yo como una idiota, ¡Ay, mami! Es que le quiero…además, me encantan los churros y a ti también
MADRE: Que te gusten los churros no es razón para casarse con un churrero.
CHURRERA: ¡Sabes mami!, Pedro me ha hablado de su trabajo y le veo muchas ventajas. Te levantas temprano es verdad, pero después tienes todo el día para lo que quieras…curras unas  horas y a descansar.
MADRE: ¡Un churrero, hija!
(Se apaga el foco de la madre)
CHURRERA: ¡Que idiota, Dios, qué idiota! Y yo voy y me caso con el churrero…!a tomar por culo! Y sí claro que te levantas temprano, muy temprano…lo que no es cierto es que tengas todo el día para lo que quieras, porque después del madrugón viene fregar, freír, atender, limpiar, volver a freír, volver a atender, volver a fregar…total que cuando acabas ya no tienes cuerpo para nada y lo único que quieres es ducharte y poner los pies en alto hasta que llegue la hora de acostarse para volverse a levantar, y así por los siglos de los siglos amén…(se huele el delantal)¿ Y el olor a fritanga?¿qué me dices del olor a fritanga? Es que no puedo más, no puedo más…(Impotente) Este maldito olor que no se se va ni aunque me meta en lejía…si ya me lo decía mi madre:
MADRE: ¡Hija! A mí como que me gusta más el pastelero…y si tengo que elegir prefiero un bollo suizo a un churro.

CHURRERA: ¡Ay mami! No te creas que no he pensado muchas veces en el pastelero,. Por qué no te haría caso…Ahora estaría entre bombones, merengues, pasteles y no entre aceites, churros  y chocolate pegajoso…pero nó, yo a por el churrero…pero que habré visto yo en este mastuerzo, que lo único que le interesa es la rosca de los churros…cualquier día cojo la maleta y me marcho…

Entra una pareja. La churrera sale de su ensimismamiento.

CHURRERA: buenos días!.
ÉL: ¡Buenos días!. Nos pone dos chocolates y cuatro porras.

La pareja se sienta, la churrera les lleva el pedido y vuelve a la barra, pone música y surge una melodía romántica, que envuelve a toda la churrería. Seguimos viendo a la pareja intercambiando los churros, ella moja su churro en el chocolate y se la da a comer a él, después él hace lo propio, moja el churro en su taza y se lo ofrece a ella. Todo esto bajo la atenta mirada de la churrera, la cual ha ido relajándose e incluso emocionándose por ver esta imagen.

ÉL. Cariño, no son los mejores churros que has comido en tu vida.
Ella: ¡Están buenísimos!!!
ÉL: Era o no buena idea venir a esta churrería.
ELLA:  Gracias, mi amor.

 La churrera sale de la barra y se acerca a la mesa de su madre, que se ilumina.

CHURRERA: ¡Ves mamá! Esto es tan …tan…tan ¡Ay! Esto sólo pasa en una churrería. ¿No crees?
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EN LA CHURRERÍA
                                                               Joaquín Conejero Martín-Rayo

Interior de una churrería cacereña. Al fondo está la barra, con el CAMARERO detrás. Delante hay varias mesas con algunos clientes desayunando: albañiles, una señora leyendo el periódico, unos cazadores… A la derecha está la puerta de entrada, sobre la cual hay unos ventiladores sucios y viejos. La decoración del local consta de varios cuadros con fotografías antiguas de zonas céntricas de Cáceres. Tras la barra hay una estantería con tazas y un par de  figuras de santos y vírgenes. Colgando de la estantería hay varios cupones a la venta. La cafetera chirría y el ruido estridente se mezcla con el olor de los churros, que envuelve el ambiente y sale por la puerta, anunciando que la churrería ya está abierta.
Entran dos jóvenes, un chico y una chica. Llevan unas mochilas, son estudiantes. Se sientan en una de las mesas libres, en la parte izquierda. Hay otra mesa libre más a la derecha, cerca de la entrada.
CHICO: ¿Chocolate?
CHICA: Sí. Y un par de churros, de los gordos.
El Chico se acerca a la barra.
CHICO: (Al camarero) Un Colacao, un chocolate y… cuatro churros. (Vuelve a la mesa. Se dirige a la Chica) Hacía mucho que no me levantaba temprano para desayunar en una churrería.
CHICA: Yo sólo vengo cuando me quedo hasta las tantas de fiesta. El olor me recuerda a la feria.
CHICO: A mí me recuerda a mi infancia. Cuando tenía… no sé, unos siete años o así, solía ir de pesca con mi padre. Veníamos aquí a desayunar muy temprano antes de irnos.
CHICA: ¿Sabes pescar?
CHICO: Bueno… sé tirar la caña y tal. Pero cuando picaban, me daba cosa tocar los peces y los cogía mi padre.
Mientras hablan, entran en el bar un PADRE y su HIJO. Se sientan en la otra mesa libre de la derecha. El PADRE va a la barra a pedir.
CHICO: Recuerdo que un día, mientras veníamos a la churrería, un coche que iba delante de nosotros atropelló a un perro que intentaba cruzar la carretera.
CHICA: (Compasiva) ¡Pobrecillo! ¿Y lo mató?
El CAMARERO prepara el pedido del chico.
CAMARERO: ¡Chico! ¡Aquí tienes lo tuyo!
CHICO: Espera. (Se levanta y va a la barra. Coge el desayuno y lo lleva a su mesa)
CHICA: Gracias.
CHICO: (Ambos empiezan a desayunar) Creo que el perro sobrevivió. Rodó por debajo de aquel coche y luego corrió como pudo a la acera. Fue algo impactante…
Los Chicos pasan a un segundo plano y la acción se desarrolla en la mesa de la derecha. El HIJO está jugando con un dinosaurio de juguete. Los chicos siguen hablando, pero no los oímos.
HIJO: Papá. ¿Crees que el perro se habrá hecho daño?
PADRE: No sé, hijo, pero no te preocupes, no creo que le haya pasado nada.
HIJO: No, si no me preocupo.
PADRE: ¿No te preocupa el perro?
HIJO: Me preocupa que siga vivo…
PADRE: ¿Tú quieres que se muera el perro?
HIJO: Bueno… quererlo, quererlo… tampoco. Pero que si se muere, pues mejor.
PADRE: Hombre, hijo, a mí tampoco me gustan los perros, pero tampoco es como para querer que se mueran…
HIJO: Bueno, pues si no me intentan morder, yo los dejo tranquilos. Es que hay demasiados perros. Los dinosaurios son mejores que los perros.
CAMARERO: ¡Caballero! ¡Lo suyo!
El PADRE se levanta a por las cosas de la barra. La acción regresa a la mesa de la izquierda.
CHICA: Así que te gustaban los dinosaurios cuando eras pequeño, ¿no?
CHICO: Me pasaba el día dibujando dinosaurios y viendo Jurassic Park. Esa es la película de mi infancia…
CHICA: (Se ríe) Eres un violento. A todos los niños nos gustaban las películas de Disney a ti las de dinosaurios que se comían personas.
CHICO: ¡Eh! No te metas con esa película. Además, mucho más trágico es el Rey León que ver a un dinosaurio comerse a un tío mientras caga.
CHICA: (Vuelve a reír) Veo que te marcó esa película.
CHICO: Pues sí, la verdad. Por aquel entonces quería ser arqueólogo. Bueno, la verdad es que de pequeño pensaba en una profesión diferente cada dos por tres. Arqueólogo, policía, bombero…
La acción pasa a la derecha.
HIJO: Carpintero.
PADRE: ¿Quieres ser carpintero?
HIJO: Sí. Y hacer mesas y esas cosas.
PADRE: ¿Tú no querías ser arqueólogo y encontrar huesos de dinosaurios?
HIJO: Bueno, pero puedo ser carpintero y arqueólogo, ¿no?
PADRE: No sé, supongo… (Sonríe con cariño)
HIJO: Por los días hago mesas, por las noches busco huesos. Bueno, no, al contrario.
PADRE: (Ríe) ¿Y por qué al contrario?
HIJO: Pues porque las mesas las puedo hacer en casa por la noche con la luz encendida. Pero buscar los huesos por la noche será más difícil… (Pausa) Oye, papá.
PADRE: Dime.
HIJO: ¿Habrá huesos de dinosaurios en la charca? Igual al pescar encontramos algún hueso.
Acción a la izquierda.
CHICO: Pero sólo cogíamos algunas truchas, nada de huesos… Bueno, y truchas tampoco demasiadas…
CHICA: (Vuelve a reír) En fin, vamos a ir terminando y nos vamos a la biblioteca, que son las nueve.
CHICO: Sí, como no nos demos prisa, nos tocará estudiar en la sección infantil, como el otro día.
Ambos, los chicos y el padre,  se levantan al mismo tiempo y van a la barra. Pagan primero los chicos y salen de la churrería. El HIJO se queda mirándolos. Cuando vuelve el padre, habla mientras se van.
HIJO: Papá, cuando yo sea mayor ¿tendré que estudiar los domingos como esos chicos?
Telón.
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DESAYUNANDO EN UNA CHURRERÍA DE CÁCERES
                                                                                                 PEDRO LUIS LÓPEZ BELLOT
La escena que se desarrolla a continuación tiene lugar en una vieja churrería de la parte antigua de Cáceres. Gabino, un cliente habitual del establecimiento, desayuna, como cada mañana, un café cortado en taza grande con la leche caliente y seis porras. El sitio es un lugar grasiento, arcaico por su clientela, de aspecto castizo y con un olor que penetra de la nariz al recuerdo, para transportarte a la tierna y añorada infancia.
Gabino en su primer contacto con la porra en sus labios, viaja hasta la casa de su abuela para agarrarse de su mano e ir a por los churros. En el bar, aparte de él, hay un lotero, ciego del ojo derecho y bizco del izquierdo, tomando su copita de coñac, y la camarera, Juana, una mujer de 37 años, que guarda en el canal de las simientes, el deseo grasiento y añorado de sus clientes; su canalillo es el café ideal donde les gustaría mojar sus churros a todos estos clientes de la casa. La mañana, como de costumbre, estaba tranquila, todo cambió cuando de repente entra una niña con su abuela y se dirigen a la barra, la abuela de 59 años es morena, urbana, llena de tanta energía como su querida nieta, un tanto distraída.
-ABUELA: ¡Buenos días señorita!, nos gustaría desayunar… a ver… a la niña le pones un zumo de naranja con un donuts de chocolate, y para mí, si es tan amable, un descafeinado de máquina con un crêpes de nutella y banana.
-JUANA: ¡Buenos días señora! Aquí tenemos para acompañar el café de puchero, churros o migas con chorizo. Eso es todo.( Molesta, a Juana no le gusta que la gente no pida su especialidad)
-ABUELA: Ya pero… mi nieta quiere desayunar donuts y yo ni siquiera sé lo que son las migas… ¿¡entiende o no!?
-GABINO:(Que escuchaba la conversación esbozando una sonrisa cómplice a Juana) ¡Lotero, para que después digas que no quieren humillarnos! Señora, la que tiene que entender es usted, que aquí nos atenemos a lo que nuestra Juana tiene, si sólo hay migas y churros pues tómelo.
-ABUELA: Perdone caballero… (Asombrada por la intervención de Gabino)
-GABINO: Gabino señora, me llamo Gabino… (Irónico)
-ABUELA: Pues eso Gabino, en primer lugar, me considero con el derecho de entrar en un establecimiento, o cafetería, que es lo que se supone que debía ser esto, y pedir lo que crea conveniente para mi nieta y para mí, y lo segundo, me asombra ver como usted se toma la confianza y el derecho de meterse en la conversación que he establecido con…(esperando una respuesta de la camarera)
-JUANA: Juana…
-ABUELA: Juana, ¡eso es! de meterse entre Juana y yo, porque lo que pre…
-LOTERO: Vamos a ver señora, la que no se ha enterado es usted, aquí sólo se desayuna lo que nuestra Juana hace de especialidad cada mañana, porras y migas, además no se haga la finolis porque tenga nieta, seguro que usted ha desayunado esto alguna vez en su infancia, mire a la niña y se pregunte si a usted le hubiera gustado desayunar una mañana, sólo una mañana, donuts o esa cosa que nombró antes. (Aún con más ironía, mientras Juana le da un churro a la niña y le dice algo al oído)
-ABUELA: (Al escuchar al lotero, se ha sentado en un taburete, empiezan una serie de espasmos raros que desencadenan en un pequeño sollozo) Mi marido era churrero y murió mientras amasaba, a causa de una bomba que estalló en el cuartel provincial que había al lado.
-NIÑA: Era un disparo abuela. Era de un hombre malo que no quiso pagar los churros…
-ABUELA: Fue una bomba, una bomba grande con un sonido grande (Explota llorando, mientras los señores y la niña se echan a reír, de repente se abre la puerta, suenan esas campanillas metálicas que hay en la parte superior y entra una mujer joven de 28 años, vestida de ejecutiva de alto estanding)
-MUJER: ( Al ver la escena se enfurece, y mientras se dirige a la madre, le dice al resto) ¿No os da vergüenza que todas las mañanas hagáis llorar a mi madre?, ¿¡es que no tenéis compasión!? Gentuza de mal vivir… y tú, Carmelita, ven aquí!(La niña se acerca y recibe una torta) ¿Cuántas veces te he dicho que esperes a que bajemos papá y yo para llevaros a cada una al cole? Eh…di… ¿no sabes que esto a la yaya le afecta y a papá le cuesta mucho dejarla allí?. Desde luego ¡qué asco de vida!  (En tono despectivo mirando a todos. Coge a su madre del brazo y salen las tres,  la abuela entre sollozos, la madre enfadada y la nieta sonriendo y mirando hacia el bar)
-JUANA (Mientras ríen los tres, Juana coge dos porras y se las pasa por el canalillo, para después ofrecérselas) Tomad, que hoy hemos batido record, ha durado 3 minutos, y ha ganado Gabino que dijo que hoy tocaba bomba!!!(Ríe)
-GABINO: (Que acaba de levantarse para coger el churro, lo huele y comiendo dice) Ummm, el día que esa vieja deje de venir, no sé qué incentivo vamos a tener para venir aquí sólo a desayunar, la mezcla de tu cuerpo con este “aceitoso”, produce un olor que me transporta. El día que falte nos tendrás que dejar tocar tus pechos de manera aceitosa (Ríe y mientras lleva su mano a los pechos de Juana. Ésta le propina una bofetada que provoca la seriedad, y vergüenza de Gabino, el Lotero en cambio ríe a carcajadas)
-JUANA: Esto va a ser lo más cercano que toques de mi cuerpo, sucio!( ahora a los dos) ¡Sucios, salidos, sucios….estáis los dos enfermos!!!
(Mientras se van apagando las luces sólo se escucha la risa del Lotero.)
EL OLOR Y LA IMAGINACIÓN


 Francisco Javier Herrera Corbacho


​Un espacio interior, no muy amplio, con capacidad para unas cinco mesas redondas, una barra pequeña y al final de la barra un mostrador con una vitrina  en la que serpentea una fina línea humeante.
​Detrás de la barra, apenas pueda verse por el humo que se propaga hasta el resto de la sala;  aunque está en marcha, el extractor no puede absorber tanta cantidad, este efecto produce una sensación agradable, el humo crea un efecto misterioso que envuelve y camufla a los comensales que disfrutan de la merendola.
​Sentado junto a la barra espera un señor de mediana edad, que destaca del resto, el no lleva ni abrigo ni sombrero. Las mesas están ocupadas, se intuyen sombras borrosas entre la neblina y el barullo de la gente hace que las conversaciones se diluyan con la humareda.
Se abre la puerta y entra un joven, de unos treinta años, con el abrigo mojado por la lluvia.

JUAN.:  ​​Llegas tarde.
FRANCISCO.:​(Sacudiéndose el agua) Lo sé, lo siento no podía cerrar la puerta ​​​​de casa.
JUAN.: ​​¿Otra vez se hinchado por la lluvia?.
FRANCISCO.:​Creo que sí, supongo que mi padre le echará un vistazo mañana.
JUAN.: ​​Bueno, sabes que nunca tiene prisa para esas cosas.
FRANCISCO.: ​Ya, en casa del herrero….

​​(Los dos sonríen , se ríen con complicidad)

FRANCISCO.: ​Vaya tardecita, no se ve a nadie por ningún lado.
JUAN.: ​​( Mira a la gente de su alrededor ) la lluvia, que no invita mucho a ​​​salir.
FRANCISCO.: ​¿Cómo estás?
JUAN.:  ​​Bien, vine a comprar churros para cenar.
FRANCISCO.: ​Como cada semana.
JUAN.: ​​Como cada domingo.

​​(Se abre la puerta y entra más gente en el bar)

JUAN.: ​​¡Cómo llueve!
FRANCISCO.: ​Es increíble, hoy recordaba la aventura que me suponía salir de la ​​​​escuela los días de lluvia, sin paraguas, solo con las “katiuskas” y ​​​​un chambergo que creo que era del tío…
   ​          ​​ Siempre heredando su ropa…
​           ​​Me gustaba correr mojándome, esperando que algún vecino  me ​​​​dijese que pasase a esperar tras la puerta a que amainara y dejase ​​​​un poco de llover.
​           ​​Pero la sensación de llegar empapado a casa, quitarme la ropa ​​​​para ponerme el pijama y la bata, y sentarme al brasero a ver la ​​​​tele era fantástica, sobretodo si era  viernes y había Un, Dos, ​​​​Tres…
JUAN.:​​No vas a cambiar nunca.
FRANCISCO.: ​Ya lo sé. Tienen que ser los treinta, cada vez me doy más cuenta  ​​​​de que están volviendo muchos  de esos recuerdos .
JUAN.: ​​¿Por eso sigues volviendo aquí cada domingo?
FRANCISCO.: ​Eso no es un recuerdo, es una tradición familiar.
JUAN.: ​​Llevabas tiempo sin venir.
FRANCISCO.: ​Lo siento, no fue fácil, ahora me doy cuenta de lo que he ido ​​​​perdiendo, no es fácil convertirse en un extraño para tu familia, no ​​​tener de que hablar en la cena, soportar silencios incómodos, no, ​​​​no es nada fácil ¿sabes? Pero me cansé de escuchar lo que todos ​​​​querían de mí, cuando apartas a la familia  ya no  importan las ​​​​tradiciones.
JUAN.: ​​Todos queríamos lo mejor para ti.
FRANCISCO.: ​Pues deberíais haberme apoyado en cada decisión que intenté ​​​​tomar, yo lo tenía claro, sabía qué quería llegar a ser, nunca pedí ​​​​nada, nunca. Siempre intenté conseguirlo todo por mi solo, lo ​​​​único que necesitaba era vuestra aprobación, vuestra complicidad.
​          ​​​Aún recuerdo el camino de vuelta a casa cada vez que ​​​​salíamos de aquí, esas noches de diciembre donde el olor a ​​​​churros se mezclaba con el humo de las castañas, el olor a ​​​​​matanza y la niebla. Un camino de regreso en silencio, sin apenas ​​​​mirarnos, con la seguridad y la satisfacción de un trabajo bien ​​​​hecho llevábamos la cena a los demás, nos esperaba el brasero ​​​​avivado y el chocolate humeante, nos esperaba otro calor también, ​​​el del cuidado con que las manos de abuela calentaba la cama con ​​​la bolsa de agua, para entregarnos por completo al lunes, para ​​​​cerrar los ojos y disfrutar del sabor dulce de un domingo en ​​​​familia…

​(SILENCIO, LA GENTE PASA PERO NADIE SE MIRA)

JUAN.:​​¡ Francisco!
FRANCISCO.: ​¿Desde cuando sabes que estoy muerto?
JUAN.:  ​​Desde que no me miras a los ojos  para contarme todo esto.
FRANCISCO.: ​Siempre supe que de volver a juntarnos lo haríamos aquí.
                       ​ Lloré mucho tu muerte, ¿sabes?
​          ​​ Me quedé con la sensación de no haberme despedido bien de ti.
JUAN.: ​​No importa, ahora tendrás tiempo para hacerlo.


Los churros de Javier
                                    Carmen Aguza
Una taza de chocolate  y un plato repleto de churros es lo que se encuentra Javier cada mañana en la mesa del comedor.
Javier es un anciano de 90 años, en sus ojos se puede  ver mil historias que contar.
El era una persona muy especial, un anciano que adoraba a sus nietos y que los alentaba a ser felices y a hacer que los demás lo fueran.
 Todo esto había cambiado. Desde hace seis meses, una enfermedad terrible le ha recorrido la mente y no le deja ver lo que está pasando.
Él cree que sus nietos ya no lo visitan y que su mujer, muerta tres años atrás, lo ha abandonado.
Su carácter ha cambiado, ya no es aquel abuelo cariñoso, se ha convertido en un viejo furioso que pasa sus días mirando álbumes de fotos de familia y de actrices famosas que de joven admiraba.
A las 9:00 de la mañana, cada día de la semana, su nieta, Lucía, la única que no se ha rendido a su enfermedad, va a visitarle. Al principio, él creía que era una vendedora o una testigo de Jehová y la echaba de casa, pero ella le dejaba una cinta de vídeo por debajo de la puerta.
Javier por curiosidad, la veía, era un video  que habían grabado sus dos nietos explicándole por qué estaba así, que le pasaba, y lo mucho que lo querían. Entonces rompía a llorar y volvía a abrir la puerta abrazando a su nieta con todas sus fuerzas, que ya eran pocas.
-Javier: Lo siento…
-Lucia: No tienes por qué disculparte, anda ven, vamos a tomarnos los churros como cada mañana y veras como poco a poco vas recordando…
Javier  y su nieta se dirigen a la mesa del comedor. De pronto con el olor de los churros y del chocolate, Javier empieza a recordar.
-Javier: Cariño, me acuerdo de todo, esos domingos cuando te llevaba al parque y tú nunca querías ponerte el vestido que te decía tu madre, y… ¿recuerdas  cuando te leía esos cuentos tan pequeños y te decía que venían del país de los enanos..?
(Javier da un mordisco al churro y con el crujido de este vuelve a recordar)
¿Y cuando te llevaba a la churrería Ruiz, cerca de la plaza Marrón, y llegabas tarde al colegio?.. ¡Qué tiempo tan feliz! ¿Verdad?
-Lucia: Sí abuelo, era genial… (Con tristeza)
Lucía sigue preguntando a su abuelo si recuerda algo mas, insistiendo, pero se da por vencida, se despide de su abuelo y se va.
Lucía, aún el portal de la casa de su abuelo llama a su hermano, Luis, el otro nieto de Javier. Ella no sabe que su abuelo está escuchando detrás de la puerta.

Luis: ¿Qué tal hoy? ¿Dijiste que era el día definitivo no?
-Lucia: Sí, así es. Pero todo ha ido mal, ha recordado lo mismo de siempre…
- Luis: lucia, necesitas descansar, déjalo ya, es inútil.
-Lucia: Tienes razón, mañana llamo a la residencia de ancianos para pedir plaza.
Al día siguiente, Lucia se dispone a llamar a la residencia, pero  tiene un mensaje en su buzón de voz.
Buzón de voz: Lucía cariño. Soy tu abuelo  Javier, si me llamo Javier, lo recuerdo, tengo 90 años, y  tú tienes un hermano, Luis. Tu madre, Andrea, se fue a vivir a Italia, y tu abuela murió hace tres años, lo sé todo. A ver es difícil de explicar...Hasta hace seis meses no os habías preocupado por mí, no me llamabais, no veníais a verme, entonces decidí hacerme el enfermo para llamar vuestra atención. Ayer escuché la conversación con tu hermano. No  necesito una residencia. Espero que lo entendáis y que me perdonéis, es duro ver que nadie se preocupa por ti. Os quiero.

¿MAGDALENAS…? NO CREO
                                                                   Jesús Pablos Castañeda
Es una fría mañana de otoño en una plaza, vemos el suelo mojado por el rocío de la noche, hay gente que camina rápido y directo cruzando esta. En el fondo, hay una fachada de una churrería, Churrería Ruiz. Escuchamos incesante un extractor de humos y además la plaza está llena de una neblina proveniente de este. Junto a la puerta dos personas dialogan tranquilamente, mientras fuman un cigarro.
JUAN.- Creo que hoy va a hacer buen día, no me duele la rodilla. Porque el día que me duele la rodilla, no hay quien pare del calor o del chapuzón que nos pegamos.
JORGE.- Pues decían en la radio que hoy habría alerta naranja.
JUAN.- ¿Naranja? ¡Coño! ¿Y eso es del calor? Yo creo que hoy ni alertas ni rodillas, porque el día que me duele la rodilla…
JORGE.- ¿Entonces ya has subido a la Montaña? Porque, yo, por no calarme, aún no he ido. (Pasa una chica corriendo que atraviesa la plaza)
JUAN.- Pues… (Grita) ¡Niña! ¡Qué te vas caer con el agua! (Despistado) Porque el día que me duele la rodilla…
JORGE.- ¿Cómo?
JUAN.- ¿Eh…? Eso, que… que ya he subido a ver a la Virgen, no había ni “amanecío” cuando salí de casa. Y mira que a mí cuando me duele la rodilla no me levanto, pero le he dicho a la Prado: “¡Ea, que me voy!” y me he ido.
JORGE.- ¿Y así, sin más? Qué voluntad, yo sin un café, “na de na”. (Tira el cigarro) Me tiro “pa’dentro”, que me estoy quedando pajarito. (Entra en la churrería).
JUAN.- ¡Ea! (Le sigue) ¡Vicen, ponme unas porritas y un descafeinado!
Aparece un grupo de estudiantes, todos llevan mochilas vacías o con poca cosa dentro porque no ocupan nada. Se escucha la cafetera calentando leche. Todos vienen fumando y con cara de dormidos. Entran todos en la churrería y a la vez que entran todos salen.
VICEN.- (Dentro) ¡Que no se puede fumar dentro!
PAK.- Vale tío. ¡Que sí, hombre! ¡Que sí!
JAVI.- (Riendo) Qué tío más borde, ni que la churrería fuera suya.
PAK.- Joder, estoy hasta la polla, no es ni martes y ya no aguanto más.
PIRO.- Hoy es martes.
PAK.- Joder, otro idiota, que es un decir. (Se sienta en el suelo y empieza a liarse un porro).
SALVA.- El sábado acabamos aquí, con las del Burger, están como tontas.
JAVI.- ¿Y?
SALVA.- Que se quedaron encerradas en el baño.
PAK.- (Chupa el cigarro) Pues sí que son imbéciles.
PIRO.- Yo no las conozco.
SALVA.- Mejor, además si nunca sales, te quedas en Arroyo siempre.
PIRO.- Es que si vengo no tengo dónde quedarme.
JAVI.- Pues con las del Burger. (Ríe).
PIRO.- (Irónico) Ya.
PAK.- Pásame el mechero. (Se enciende el porro)
SALVA.- ¿Habéis visto las niñas de cuarto? Les han crecido las tetas que no veas.
PIRO.- Sí… (Ríe).
PAK.- Yo paso de las tías, son imbéciles.
(Pausa)
JAVI.- ¡Mira qué móvil tengo!
PIRO.- ¡Hala!
SALVA.- ¿Ese es Symbian o Android?
JAVI.- Es Android, mira.
PAK.- Yo paso de móviles, me voy a tomar un Colacao. (Entra. Los demás le siguen.)
Escuchamos tazas y platos, además de cucharillas. Poco a poco se va viendo aparecer el sol, que ilumina la plaza. Vuelve a parecer la chica corriendo, BEA, se para en la puerta, mira en el interior y se aparta para que no la vean desde el interior. Coge el móvil y llama.
BEA.- ¿Montaña…? Sí, están aquí… ¿Quién…? No, ese no viene tan temprano, salió ayer en la Down… ¿Cómo…? Vale, yo os espero aquí… ¿Magdalenas…? No creo. Bueno veníos que os espero aquí en la Churrería.

El Avión

Rube G.Rodríguez

ESC.1. UN RINCÓN DE RECINTO FERIAL DE CÁCERES

En escena aparecen dos personajes vestidos con la ropa, ahora de moda, pero con lamparones y suciedad típica de una noche de fiesta y descontrol. Los personajes sostienen unos vasos de litro, con poco líquido en el culo del recipiente.

A JUAN le despierta su olfato y como llevado por una mano invisible, se levanta y se dirige al hombro izquierda

Pedro- ¡pero qué haces!¡Donde vas!

JUAN se para y mira a Pedro

Juan-Pedro, te voy a decir una cosa(sufre un hipo fruto del alcohol). ¡Me apetecen unos churritos!

PEDRO se retuerce en el suelo, pensando que no son horas de comer

Pedro- ¡Estás loco!madre mía ¡qué ardores!

Juan-(Al público)No tengo un real, esta noche de ferias me ha dejado seco como una mojama. A ver cómo me las ingenio para que este me invite a churros.

Pedro- ¿Qué haces?¿Hablas solo?

Juan-(Disimulando)No , solo pensaba en voz alta, qué iba a decir(Sentándose junto a Pedro). Y si te digo que te invito a un cacao con churros.

Pedro- No sé...

Juan- ¡Venga!

Pedro-(Aparte)- No tengo un duro, cómo decirle que sí quiero sin que parezca que estoy deseando saborear una de esas porras recién hechas, calentitas y que me asentarán el estómago, para cuando llegue a casa, todo mal que haya provocado esta noche sin control, será rebajada. Rebajada con unos churritos(Sueña con ellos)

Juan- (Llamando a Pedro)¡Pedro estás tonto!¡Pedro!¡Pedro!

Pedro-(Volviendo de la ensoñación)¡Dime!¡Dime!

Juan- Que si te vienes a comer unos churros

Pedro-(Aparte)Tendría que decir 3 veces NO

Pedro-¡No!

Pedro-(Aparte)creo que me he precipitado

Juan- Bueno, nada tío, como quieras

Se produce un silencio violento

Juan y Pedro- ¡Venga vamos a por esos churros!

Se miran pasmados

Juan y Pedro- ¡No decías que!¡No que no!

Juan- ¡Bah!déjalo. Vámonos a la churrería.

Salen de escena

ESC 2. CHURRERÍA.AMANECER

La churrería consta de un velador con 4 sillas de plástico. A la derechas un CHURRERO, haciendo círculos con su manga repostera y sigue con la rutina para hacer el churro. Toda la rutina la ejecuta bailando mecánicamente bajo una melodía creada por su cocina.

Juan y Pedro-( entran cantando)

Como nos contentamos
comer churros en festividad
Después de tomar unos tragos
para ir a casa sin indignidad

¡Qué bien me van a sentar estos churros!
¡Qué bien que este me los paga!

Churrero- ¡Ya veo que estáis contentos!(Hace señal de empinar el codo ¿Qué os pongo mozalbetes?

Juan- Pues buen churrero, comienza por 20 churros, a ver si nos animamos

Churrero- ¿20?Marchando

El CHURRERO prepara el envoltorio de los churros

Juan-(A Pedro) Te lo confieso, no tengo dinero

Pedro-(Susurrando)Yo tampoco

Intensa mirada entre ambos, cortada con los churros que ha traído el CHURRERO y los ha tirado encima de la mesa. JUAN Y PEDRO comen los churros cuando entra otro grupo de jóvenes.

Juan- Bien ahora es nuestro momento¡Vamos a hacer el avión!

JUAN Y PEDRO se levantan e imitando a un avión salen de la escena

Churrero-(Viendo como salen)¡Eh Kamikazes!

Churrero-(Al público)Menos mal que es una obrilla de teatro, que los churros no son más que utilería que producción se ha encargado de pagar. Aunque estos dos pobres, cuando le echen mano a los churros y noten que son de madera, se acordarán de mí y de la familia de uno que yo me sé y, en fin, espero que les haya gustado esta farsa y correspondan a los artistas con unos aplauso

Desde las bambalina

Juan- ¡Ay!¡Churreroooooooooo!

Telón










                                     Tócala para mí
                                                         David Gutierrez


Son las seis menos veinte de la mañana y Mónica, una camarera de apenas veinte años, fuma un cigarrillo apoyada junto a la puerta de una churrería. Su melena larga y negra se funde con un abrigo tres cuartos también negro y su cara denota fatiga y cierta ansiedad, ha terminado su turno hace poco más de media hora y espera a alguien.

Termina su cigarrillo, lo tira al suelo y lo aplasta con la punta de sus botas, también negras, abre el bolso, saca un paquete de “Lucky Strike”, lo mira y sonríe con cinismo, saca otro cigarro, lo enciende, le da un par de largas caladas y aparece tras la esquina un individuo alto y bien parecido., aunque desaliñado, que viste unos vaqueros claros, una sudadera gris, una gabardina de cuero marrón y calza unas deportivas que sin duda han conocido tiempos mejores.

Mónica suelta una sonora carcajada y tira el cigarro al suelo mientras susurra “Lucky strike”, lo aplasta y entra en la churrería seguida por el individuo. Ambos cuelgan su chaqueta y toman asiento. Ella lleva unos vaqueros ceñidos y un top bastante corto (demasiado corto, piensa él, teniendo en cuenta que tiene que cubrirse con abrigo en esta época del año)

 Mónica (Sonriendo satisfecha) – Vaya Rodrigo, ya pensaba que no vendrías.

 Rodrigo (Pide un café solo doble, mira a Mónica, quien niega con la cabeza, se vuelve hacia el camarero y, tras pensarlo un instante, le dice que le traiga a ella un chocolate, luego se vuelve nuevamente hacia su interlocutora)- Bueno, pues aquí estoy. ¿Y bien?

 Mónica- Y bien...¿que?

 Rodrigo (Indiferente, distraído) - ¿Por qué yo? Esta ciudad está infestada de niños de papá, con una equipación bastante mejor que la mía, que te harían las fotos por el módico precio de tener una mujer de verdad en la que pensar cuando se marturben. No entiendo tu empeño.

 Mónica (Firme, intentando sonar persuasiva y reflexiva al mismo tiempo) – Nunca había visto unos desnudos como los tuyos, tienen belleza en cada línea, en cada contorno, y es como...si reflejaras la esencia misma de cada mujer en cada una de las tomas. Es... un ejercicio de psicología hecho arte...y yo necesito grandes dosis de ambas.

 Rodrigo (Suelta una carcajada )- Déjame adivinar...modelo frustrada, a solo dos centímetros para que te franquearan el paso en el paraíso narcisista.

 Mónica (Desafiante) – No, ex-novia con la autoestima por los suelos tras ser abandonada por una adolescente más delgada y bastante más tonta.

 Rodrigo (Sonriendo con cinismo) – Imberbe, guapa e insustancial, no sé a qué tanto despecho, tenías todas las de perder.

 Mónica (Dolida) – Rodrigo, necesito que me tomes en serio.




 Rodrigo- ¿Porque iba a hacerlo? Es tu orgullo quebrado y tu autoestima perdida y no tu corazón roto lo que me estás pidiendo que arregle. Pasa a diario de las formas más insólitas y, ya sabes lo que dicen, el amor es eterno mientras dura, chica. No veo que puede tener eso de serio para mi.

 Mónica- Eres un gilipollas ¿Lo sabías?

 Rodrigo – Por supuesto ¿No pensarás en serio que has sido la primera en llegar a esa conclusión?

 Mónica (Más calmada) – No, claro que no, pero no se por qué.

 Rodrigo (Ya sin cinismo, pero con un deje de dureza) – Porque no puedo ayudarte, lo siento, de veras, pero hace años que lo dejé.

 Mónica- Pero...¿Por qué?

 Rodrigo (De repente serio) – Es curioso que me hayas citado aquí. Es por esta churrería supongo, y por Casablanca.

 Mónica - ¿Casablanca?

 Rodrigo- Si, por Casablanca, y por el cabrón de Sam tocando una canción prohibida desde la otra punta del salón.

 Mónica- No entiendo...

 Rodrigo – No hay nada que entender

 Mónica – Por favor...

 Rodrigo (Se la queda mirando fijamente, luego baja la mirada un segundo y se la vuelve a clavar) – Hace un par de años, también mucho antes del amanecer, quedé con una...amiga, una de esas...espinas, espinas que intentan sacar un clavo, para desayunar aquí.

 Mónica- Y esa...amiga...

 Rodrigo-(Con la mirada divagante, es más un monologo interno que una explicación) Esa amiga es irrelevante. Quizá ese sea el problema, que hace muchos años que no hay nadie relevante...La cuestión es que, tras el desayuno, la dejé en su casa y volví paseando a la mía. Era Domingo, el Sol aun no había dado muestras de querer abandonar el nicho y las mujeres borrachas no paraban de decirme idioteces (vuelve a mirar a Mónica y aclara) Que no digo que la estupidez etílica haga distinción de sexos, solo que a mi, como hombre, me tocó vivir la vuestra.

 Mónica – No te preocupes, sigue.







 Rodrigo- Ante mi indiferencia, ellas se volvían cada vez más osadas y mientras pensaba en la estupidez humana, en como menos es más y demás chorradas metafísicas, me vino a la cabeza la escena en la cual, el capitán francés describe a Rick como un hombre misterioso, un hombre del que cualquier mujer se enamoraría, y comencé a compararme con ély a reírme yo solo.  Perdona el ego, solo intento ser fiel a mi recuerdo.

 Mónica - ¿Te he pedido explicaciones? Continúa.

 Rodrigo- Maldita la hora en la que me vino esa película a la cabeza...volví a casa y allí estaba ella

 Mónica- ¿Ella?

 Rodrigo- Ella.

 Mónica (Asiente pensativa) – Ella...

 Rodrigo- Y.. ¿adivina que?. No estaba sola. Se había enamorado y querían una sesión, una que solo yo podía hacerles. Entonces, las notas de “El tiempo pasará” vinieron a taladrarme el subconsciente como un disparo a quemarropa.

 Mónica- ¿Lo hiciste?

 Rodrigo- Sí, pero no he podido volver a tocar la cámara desde entonces.

Sin darle tiempo ni espacio para reaccionar, Mónica, con una sonrisa segura, adelanta el torso encima de la mesa, acercando su casa a escasos centímetros de la de Rodrigo. La expresión de este cambia, no entiende por que, pero de repente se siente indeciso, amedrentado...

 Mónica – Tócala para mi...


                                                                     La silla vacía
                                                                     Amelia

Sobre el escenario una hilera de mesas  y sillas dispuestas de forma paralela al patio de butacas, así que a los clientes les observamos en su cotidiano hacer en escorzo y hacia el fondo la barra en “L”. La luz es tenue, los movimientos del dueño y algunos madrugadores son perezosos, casi no se aprecian… sin embargo, hay una joven sentada en la última mesa, sola…
ELLA.- Jamás quise recordar fechas, para mí nuestros días siempre fueron únicos. Lo sabes. Por eso, nunca olvido la luz de aquel despertar, el trino de los pájaros que saludan las horas tempranas, mi respiración contenida en sonrisa, ni el olor del soleado frío acomodado en un buen café con sus recién elaborados churros y una épica conversación. Sí, de esas que trascienden a los hados del tiempo. Lo sabes. Por eso, estoy aquí como cada día en nuestro rincón. Mi rincón. De espaldas a la puerta por si entras con el viento helado avivando mis nervios y esperando que tu mano se apoye en mi hombro… Lo sé, lo sé… es esperar  a alguien que no puede venir… No puedes venir. Cierro mis ojos, viajo, te veo y sólo el aroma de la churrería sobre los platos servidos me devuelve a ti.
 Ella suspira, se impregna del aroma a aceite, masa, agua y sal y se empapa de cafeína. Suena la puerta abriéndose, levanta el gesto sin volverse, como si el viento helado acariciase su nuca. Ahí está él. Ella sonríe y él se agua. La luz abre la escena cobrando fuerza y vida la churrería. Sus parroquianos parecen tener más brío.
ÉL.- ¡Buenos días! (Saluda al churrero con un afectuoso apretón de manos)
CHURRERO.- ¡Qué bueno verle! ¡Cuánto tiempo!
ÉL.- Demasiados recuerdos.
Silencio compartido. Miran hacia la mesa donde ella estaba sentada.
CHURRERO.- Nadie es capaz de sentarse en su rincón. ¿Lo de siempre? ¿Café con la leche del tiempo y dos azucarillos?
ÉL.- Sí, gracias.
Él toma asiento. El churrero retira la vajilla, limpia la mesa y Él mira la silla vacía, esa en la que nadie es capaz de sentarse. Su mirar, pausado, evocador. Suspira y siente un gesto en la mejilla. Ella acaricia su rostro desde atrás, entre sombras, pero no hay contacto, sólo un calor, un deseo inmaterial. El churrero le acerca el café.  Un escalofrío estremece su cuerpo y en contrariado gesto, sonríe mientras toma su café.
ELLA.- ¡Feliz Aniversario!

                                               CON OTRA MIRADA
                                                                          Fco. Javier Herrera Corbacho


                EGO:              ¡Deja eso!, ¡ven!.
            ALTER:          (Haciendo el ruido del camión de juguete con la boca)                                                       bruuuuuuuuuuumm.
            EGO:              ¡Deja eso!, ¡he dicho que vengas!
            ALTER:          (Deja de rugir, lo mira sin decir nada,  con cara de                                                              incomprensión).
            EGO:              (Mirándolo a los ojos) Sólo va a ser un momento, luego seguirás                                        jugando.         
            ALTER:          (Con mirada adulta, con la misma cara de incomprensión.)
                                   Siempre me pides que pare, que lo deje, que te mire a los ojos                                            mientras tú sigues embelesado mirándome sin decir nada, me                                            aburro.
            EGO:              Esta vez no te aburrirás, escucha.

                                   (Se hace un largo silencio en el que no dejan de mirarse).

                                               Estamos a medio camino de fundirnos. Tú olvidarás para                                       siempre mis interrupciones mientras jugabas, olvidarás tus juegos,                         correrás intentando adelantarme siempre que nos encontremos en                                              el pasillo, y nunca mirarás atrás, nunca.
                                               Ahora estas tardes te aburren, lo sé, no te cansas de                                                decirlo, pero en breve sentirás que la coraza que intento formar en                                    tu corazón estará lista, podrás enfrentarte al dolor sin miedo, sin                                            mí.
            ALTER:          ¿Pero qué hay de lo que me dijiste, de lo del cementerio y                                                los muertos y sus ojos? Tú siempre me miras raro, desde lejos,
                                   hay tardes que no me dices nada, me sonríes en la distancia y te
                                   marchas, y  es entonces cuando me doy cuenta de que está
                                   anocheciendo y que debo marcharme a casa, y lo extraño es que                                       no hay nunca nadie por la calle. Cuando llego a casa solo
                                   puedo mirar, no me sale la voz del cuerpo, no tengo fuerzas para
                                   hablar, sólo para mirar, mirar y pensar en lo que me dijiste.
            EGO:              Eso nunca lo olvidarás, nunca, recuérdalo, sólo tú sabrás cuando                                       estarás preparado para romper esa barrera.
            ALTER:          “Camina siempre de frente, no mires atrás, no te detengas a leer                                        nombres ni fechas, nunca mires a los ojos de las fotos de los                                              muertos”. “Camina siempre de frente…”
            EGO:              Eso es, es muy fácil.
            ALTER:          Pero yo no lo entiendo.
            EGO:              Llegará un momento en que, como a todos, la gente a la que                                             quieres se te irá marchando, no te despedirás de todos, en realidad                                               no te despedirás de nadie, y siempre te picarán los labios al pensar                                             lo que no dijiste. Eso acrecerá tu coraza, tendrás la fuerza                                                 para calmar el dolor que la muerte provoca en los otros.
            ALTER:          ¿Por qué me cuentas esto? No me gusta.
            EGO:              Lo sé, a mí tampoco, pero hasta ayer no tuve la necesidad de                                            volver a pisar un cementerio, casi veinte años después, y sabes                                         qué, comprobé que era herencia de una estirpe de mujeres fuertes                                               que se entregaron al ritual de no despedir a sus muertos en la                                            puerta, sino acariciándolos con sus “te quiero” y “nunca me                                               olvides”  y demás muestras de cariño y recuerdo.
            ALTER:          ¿Qué pasa con sus ojos? Siempre lo dices, a mí no me da miedo.
EGO:              Ahí está todo, en la mirada, ya comprenderás por qué, pero                                               solo así es posible, esa es otra herencia, la de nuestros
                         hombres, antes que con una palabra firme y rotunda
                         me quedo con la mirada, siempre creo un vínculo                                                              estrecho, que acorte el camino de la desconfianza para                                                       profundizar en la relación y favorecer al conocimiento, así creo                                              que me muestro seguro e interesado por las personas que pretendo                                   conocer,  mirando a los ojos, como tú.
                                Y aparte, en ese juego de miradas amables, desconocedoras,                                     insinuantes o imperativas, existe todo un mundo de palabras no                                        dichas que quizás valen mucho más que cualquier otra                                                 conversación, así crecí observador, me gusta la fotografía,¿ sabes?                             debería haber profundizado más en ella, suelo pasar horas y horas                                     callado, mirando atento, como un buen espectador,  lo aprendí de                                                los hombres, de los hombres de mi familia, de mi padre y mis dos                               abuelos…
                                   ¡ Qué curioso, uno silencioso por la edad y la enfermedad,                                                y los otros,  silenciosos, soportando el peso de unas                                                           esposas entregadas al mundo de la voz para el mundo,                                                      abanderadas de deseos,  de la libertad y la lucha, siempre en lucha                                como un ejército de amazonas.
                                   Tu también juegas a eso, a mirar, por eso, de tanto                                                  observar me encontraste mirándote, ahí parado, reconociéndote                                        reconociéndome, yo no esperaba que te dieses cuenta, pero                                             sucedió, no sé si para mal o para bien, pero tú sólo lanzabas                                             preguntas, y sólo yo podía responderlas.
                                    Por eso no debes mirar a los ojos de los muertos, porque                                       no te dirán nada, sólo te pondrán trabas para que vivas anclado                                      al pasado. Por eso evitarás encontrarte con tu mirada en el espejo,                                            porque tus ojos dirán lo que no quieres oír. Por eso me miras así                                       y yo te miro igual.
                                   Y ahora que ya lo sabes, tienes lo suficiente de mí para                                          que ya me marche, yo, aunque no lo creas, he recuperado algo que                                    creí perdido.
                                   Anda,  corre a jugar, pero antes espera que te haga una                                           fotografía para recordarme siempre así.

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                                             FCO. JAVIER HERRERA CORBACHO

Arabia Saudí decapita a una mujer por brujería
Es la segunda ejecución que se produce este año por el mismo motivo en el país
Las autoridades saudíes han decapitado a una mujer a la que los tribunales habían condenado por practicar "brujería", según ha informado el Ministerio del Interior saudí. La ejecución se produjo este lunes en la provincia de Jawf, en el norte del país, según ha informado la cadena británica BBC.
El Gobierno no ha dado más datos de los cargos que pesaban contra ella ni de los motivos que llevaron a la ejecución, la segunda por brujería que se produce este año en Arabia Saudí. El Ministerio del Interior ha identificado a la condenada con el apellido Nasser y, según la BBC, las fuerzas de seguridad la detuvieron en abril de 2009 y su ejecución fue dictada por los más altos tribunales del país. El periódico Al Hayat, con sede en Londres, ha citado fuentes de la policía religiosa para asegurar que la mujer tenía unos 60 años y supuestamente vendía remedios curativos contra enfermedades.
Un sudanés ya fue ejecutado en septiembre por este tipo de imputación, que también se dictó contra un egipcio que supuestamente lanzaba hechizos para separar matrimonios y que murió decapitado en 2007.
El año pasado, las autoridades saudíes dejaron en libertad a un hombre libanés que había sido condenado a muerte por presentar un programa de videncia en televisión. El Tribunal Supremo saudí determinó entonces que sus acciones no habían causado perjuicio alguno.
Arabia Saudí no define la brujería como una pena capital pero, según Amnistía Internacional, algunos de los imanes más conservadores han instado a que se apliquen los castigos más severos contra adivinos y curanderos por considerarlos una amenaza para el islam.




                                               “FESTINA LENTE”
                                               (del latín, “apresúrate despacio”)
            Siglo XXI.  Un hombre adulto, casi en las puertas de la senectud, aguarda sentado en una celda, a punto de ser ejecutado, un teléfono, dentro de la celda, no ha dejado de sonar, él no lo ha querido coger.
ORACLE:     (como en éxtasis)
            La Vida que duele necesita curas que sanen el alma del muerto perdido.               La Vida no sabe que mata quien no quiere dar vida y mata quien se entrega a la vida sin pensar en la muerte. Consiente, la Vida,  que falle quien se pierde en la sabiduría de la duda extrema y que acierte quien evita enfrentarse a la ignorancia del “lo sé” constante.      
            No queda nada, por no haber, no hay ni miedo a perder en la ruleta rusa del hado que directamente apunta a tu sien. Nos movemos libres, indefensamente libres hacia un mundo sin ritos ni supersticiones, que nos enfunda en chalecos salvavidas, repelentes de cualquier impacto de la bala de la certeza, y así, desprotegidos en cuerpo y alma, vagamos entregados a la razón impuesta por las fuerzas del orden, evitando caer en la tentación maligna del querer saber, del intentar salvar, del necesitar, del culto al Oráculo que nos guíe en esta ruta hacia lo civilizado y lo coherente.
            No queda nada, no hay espacio para la magia que envuelve en ilusiones ópticas el engaño de los medios, la chistera del poder que nos engatusa con sus conejos blancos y palomas desplumadas, la manga ancha que se traga billetes, para después, sacarlos de la orejita de millones de cabezas decapitadas de octogenarios infantes sonrientes, somnolientos.
            No debe quedar nada, nada, no hay espacio para la magia que abre puertas al más allá, a otro mundo al que llegar sin pateras, ni viajes ilegales, no, de esas puertas ahora no, hay umbrales que nunca hay que pasar, no se puede saber sin preguntar y  no se debe uno exponer a un mundo de inocentes adoradores, ávidos de consultas, de esperanzas, de ilusiones….. de muertes.
            (El teléfono sigue sonando, sale del trance y ahora se decide a cogerlo, ni             siquiera espera a que su interlocutor diga nada, él se anticipa)
            Siempre lo he visto, lo he sentido, lo he tocado,  he sabido lo que iba a pasar simplemente con mirarte a los ojos, aunque tú no me mirases a mí, aunque tuvieses un deseo profundo, oscuro y oculto, y tu consulta fuese otra,  llena de luz y de futuro, he sabido que me utilizabas, que necesitabas de mi poder para crecer, para subir, para trepar, posicionándote en tu trono de falsedades y carroña que te permitía deshumanizarnos sin crueldad.



            Siempre lo han hecho… Todos, ni uno sólo se ha atrevido a dar un paso más sin consultarme, sin tajarse el alma a llantos suplicándome futuros y buenas nuevas, sin aceptar mi bendición y dejarse llevar de mi mano al culto. ¡Todos!, y en todos los tiempos, hasta en éste, en que todo lo sustituye una gran onda que rebota de continuo contra la burbuja en la que nos habéis encerrado, impidiendo que nos proyectemos con amplitud sin que vosotros lo sepáis, ¿esa es la conexión que queríais?, pues ya la tenéis, ahora a sufrir las consecuencias del querer saber sin controlarse, éste es el precio que debéis pagar. ¿O acaso pensabais que saldríais impunes?.
            ¡Me has agotado!.  Mi luz se ha ido. Tanta maldad ha provocado un choque de energías tan fuerte que me ha agotado. ¡Me has agotado, y yo lo he permitido!, te dejé hacer, no pude utilizar mi poder a mi favor, no me está permitido, y ahora, en el fín, en el momento justo en que deberías ser consciente de lo que has hecho, no hay magia que logre enmendar tu fallo, estáis vendidos, vivid con vuestra culpa, seguid con esta norma de ejecutar a quien dice saber, y ahora, sin que suene a amenaza, a ver que podéis hacer sin que nadie os lo diga, a ver si es verdad que se cumple la profecía y nos lleváis a la cercana hora del fin del mundo.
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                                                             CUCA Y YO
                                                                                   Olga Rodríguez Estecha


Olga:   ¡Hola, Cuca!
Cuca:  ¡Hola, Olga!. ¡Hala, qué chiquinina eres!. Y, perdona, pero ¿cuántos años tienes?
Olga:   Muchos. Y sí, soy muy bajita…¡tú también!.
Cuca. ¡Ya! Pero yo pienso dar el estirón, me lo ha dicho mi mamá y, además, es que tengo un poco de raquitismo.(pausa) Eso me lo ha dicho  mi hermano Ricardo.
Olga:   Tu hermano Ricardo me temo que es un pelín “mamoncete”, dile que tú no tienes raquitismo, que eres así y ya está…pero dejemos ese tema. ¿Por qué pones  esa cara de decepción?
Cuca: (contrariada) No te enfades pero es que yo creía que me iba a parecer a Marisol…
Olga:   ¡Cuca!. Marisol está más arrugada aún que yo…todos envejecemos, cariño.
Cuca: (Un poquito más convencida y menos frustrada) Si la verdad es que a mí me encanta cumplir años, estoy deseando ser mayor, no sabes lo pesado que es ser la pequeña de la casa.
Olga:  Claro que lo sé, es un poco tostón que todo el mundo te diga lo que tienes que hacer, lo que te tiene que gustar …
Cuca: (cortándola) No, no es por eso…es que siempre tengo que dejar el sillón a mis hermanas mayores y yo me tengo que sentar en un cojín en el suelo.
Olga.   No te preocupes, vas a cumplir años todos los años…
Cuca: (cortándola nuevamente)¿Sabes qué quiero ser de mayor? Yo de mayor voy a ser cantante, actriz o bailarina o algo que tenga que ver con el espectáculo, ¡me encanta! Y cada vez que puedo canto y bailo y a la gente sé que le gusta porque me dan dinero… En la comunión de mi hermano Ricardo casi saco más dinero que él. !Ja, ja!
Olga:   Ya, ya…la timidez no es algo que te caracterice, al menos por ahora…!en fin! De todas maneras yo no quería hablar de tus “dotes artísticas”, que ya tendrás tiempo de dar la tabarra con ellas. Querría hablarte de una personita que me recuerda mucho a ti, sobre todo en la “getilla” ¿Sabes que yo ahora tengo una hija de tu edad?.
Cuca:  ¿Cómo se llama?
Olga:   Celia.
Cuca:  ¡Jopé! Qué nombre tan bonito. El mío también es muy bonito, pero siempre lo tengo que repetir dos veces, es un rollo. ¿Y sólo tienes una hija? Pobrecita.
Olga:   ¿Por qué pobrecita?
Cuca:  Porque ser hija única tiene que ser un aburrimiento. Nosotros somos seis y mi mamá está esperando otro más.  En mi casa siempre hay gente. Aunque mis hermanos son unos brutos y yo no juego casi nunca con ellos… La verdad es que yo juego siempre sola, porque mis hermanos, como te he dicho, son unos bestias y mis hermanas son ya mayores…No importa, tengo muchas amigas en la plazoleta. Allí me lo paso fenomenal, monto en bici, en patines, salto a la comba, juego a la pica…Todas las tardes, cuando llego del cole, mi mamá me da un trozo de pan y chocolate y me bajo a jugar.

Olga:   ¿Y en el cole qué tal?
Cuca: ¡Bien! No me gusta mucho estudiar la verdad, pero sí ir allí porque están mis amigas. ¿Sabes qué es lo que menos me gusta del colegio? El olor…huele a repollo hervido y las monjas cuando te dan un achuchón y te aprietan la cara contra su pecho huelen a paño sucio… Ninguna huele a colonia como mi mamá, ella sí huele bien ¿Y tú, a ver cómo hueles? ¡Vaya, hueles como mi mamá¡
Olga:   Las mamás debemos tener un olor especial porque a Celia también le gusta olerme y acariciarme la piel como yo hacía con mamá.
Cuca: Yo también acaricio a mamá…¿Sabes? El otro día vino a buscarme al cole, porque yo siempre voy y vuelvo con mis hermanos, y me puse muy, muy contenta. ¡Mi mamá había venido a buscarme! Es que ella tiene muchas cosas que hacer y aunque siempre está en casa, no puede jugar conmigo, pero si la necesito siempre está ahí.
Olga:   ¡Claro! Tu mamá está siempre trabajando. Date cuenta que sois muchos y llevar una casa con tanta gente no es fácil. Sería estupendo que le hicieras saber que la quieres mucho y que agradeces que siempre esté allí…Después, a lo mejor es un poquitín tarde…
Cuca:  Perdona Olga, por favor, dime que todavía siguen los payasos en la televisión, porfa, porfa, porfa….
Olga:   Me temo que no, pero hay otros personajes que …
Cuca: (Sin dejar que termine Olga) Me encantan los payasos, si quieres te puedo cantar una canción de ellos, la que quieras, me las sé todas…
Olga:   Después, después…A Celia también le gustan. Cuando vamos de viaje nos ponemos el cd. Aunque Celia no me deja cantar ninguna canción, dice que lo hago muy mal.
Cuca: A mí, el otro día, una monja me dijo en misa que cantara un poquito más bajo,    pero me dio igual porque a mí me gusta cantar fuerte.
Olga:  No les hagas caso… Es que tu voz es más grave, nada más.
Cuca: ¿Sabes también lo que me gusta muchísimo?
Olga: Estoy segura de que me lo vas a contar rápidamente…
Cuca: ¡El cine! Voy todos los domingos con mis hermanos. Hay sesión doble. A veces me quedo un poco dormida en la primera  peli, pero no importa porque Fati me despierta en el intermedio, me da el bocadillo y yo me quedo tan a gustito, incluso me vuelvo a dormir…(bosteza) 
Olga: Ahora también tienes sueño ¿verdad? Es que es un poco tarde. Anda túmbate en la cama y descansa, por cierto ¿Has puesto el diente debajo de la almohada?.

Fin.
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Tío, esta mierda es buena
                                    David Gutiérrez

El escenario se divide en dos mitades, la mitad derecha permanece en total oscuridad, mientras que en la mitad izquierda nos encontramos el salón de un piso de estudiantes. En él hay un sofá de tres plazas, un sillón y enfrente del sofá, una mesa baja con varias litronas de cerveza vacías y un par de ceniceros rebosantes de colillas. En el sofá se encuentran, alternados, dos chicos y una chica, una segunda chica ocupa ella sola el sillón. Las dos chicas y el chico que está en el lado más alejado al sillón (más cercano a la puerta de salida) fuman sendos cigarrillos, el chico de en medio se está liando un porro. Mientras tanto, mantienen una conversación bastante animada.

ñ  Joven Barbudo (El chico cercano a la puerta, en adelante, JB) – El problema, somos nosotros. ¿Como vamos a arreglar el mundo de forma colectiva si cada uno de nosotros, individualmente, está roto por dentro?
ñ  La chica a la izquierda de JB, Maria Juana (En adelante, MJ) – Habla por ti, yo llevo un rato en una nube y ahora, cuando Hash termine lo que tiene entre manos, creo que hasta me van a salir un par de alitas (Todos ríen)
ñ  Heroína, la otra chica (Con además lánguido)- No, el problema sois los tíos como tú con vuestro ansia de independencia mal entendida, todo es más sencillo de lo que parece, solo hay que dejarse llevar...
ñ  Hash (Concentrado en el porro) ¿Dejarse llevar? ¿Ese? ¡já! Sigue soñando
ñ  JB – Buenooooo...ya empezamos... (Intercambia una mirada con Hash y le saca la lengua)
ñ  MJ - ¡Bah! Al final todo se reduce a lo de siempre
ñ  JB (La mira levantando visiblemente una ceja) – ¿Y eso es..?
ñ  MJ- Lo que se quiere y no se sabe como conseguir ¿No crees? (Se muerde el labio)
ñ  JB (Empezando un discurso) Si, bueno, puede ser pero...(MJ le interrumpe con un beso)
ñ  Heroína Que dos...(Niega con la cabeza, despectiva y divertida, mientras, Hash se ha terminado de hacer el porro y le da las primeras caladas)
ñ  Hash – Ya iba siendo hora...(Le da una larga calada) De que alguien le cerrara la boca un rato (MJ y JB se siguen besando, mejor dicho, ella besa y él se deja besar) Toma, fuma (Le pasa el porro a Heroína)
ñ  Heroína (Le da un par de caladitas y habla de forma despreocupada) No es que me importe, pero ¿Que pasa conmigo?
ñ  Hash – Claro que te importa, si no, no hubieras preguntado (Recupera el porro) Supongo...que das miedo, eres la chica guapa del baile, la que nos tiene a todos locos, pero cuando uno mira tus labios, sabe que si los besa ya nunca más podrá vivir sin ellos y que al mismo tiempo, le irán matando poco a poco, no es una decisión que se tome a la ligera. MJ es distinta, puedes quererla toda la vida sin convertirla en una obsesión, está en ti.
ñ  Heroína – Supongo que eso te convierte a tí en un cabrón simpático ¿no?
ñ  Hash (Con una sonrisa de fumado bastante considerable) Tú lo has dicho
ñ  Heroína - ¿Y JB?
ñ  Hash – (Pensativo) - ¿JB? Hmmm JB es un perdedor, uno de esos tios a los que te pasas a visitar cuando caes al pozo, para que te muestre el camino de salida, pero que nunca te acompaña (JB y MJ terminan de besarse)ç
ñ  JB – Me pica la nariz y creo que MJ no tiene bigote (Colleja al canto) ¿Ya estáis hablando mal de mi?
ñ  MJ (Casi para si misma, relamiéndose) Me encanta este regusto amargo...
ñ  Hash – No seas egocéntrico tío, toma, estas caladas llevan tu nombre (Le pasa el medio porro que queda)

ñ  Heroína (Tirada ) - Uff ahora se lo que debió experimentar Nacho Cano cuando escribió “Aire”
ñ  Hash – Pues eso, que volaba, lástima que todo tenga que acabar en moraleja para hacerlo políticamente correcto...(Mira a JB que se ha pinchado un cuarto de porro y lo esta señalando inquisitivo) Es una mezcla marca de la casa, tu fuma y no lo pienses, verás que gustera
ñ  JB- Vale (Le da otra calada y tose)
ñ  MJ.- Política, ese si que es el jodido problema...
ñ  Heroína- Por supuesto, porque...blablablabalabla (Sigue gesticulando exactamente igual)
ñ  JB (Entre risas atontadas) ¿Como?
ñ  MJ (Enervada) Blablablabla(JB la mira, atónito)
ñ  Hash (Tranquilo, cínico, tajante) Bla, bla, bla...¡Bla!

JB mira el porro, asustado, se levanta mientras todos le miran y mareado se dirige a la puerta que separa ambas partes del escenario (Se supone que a la calle o al balcón), al traspasarla se produce un cambio de luces,dejando el salón del piso de estudiantes en completa oscuridad y alumbrando una sala violeta, dominada por una fotografía de “El beso” y repartidas por el resto de la habitación hay una multitud de imágenes más pequeñas : “El paso del tiempo” y “Muchacha en la ventana” de Dalí, “El origen de la vida”, una foto de unos labios femeninos fumando un cigarro, “El prestamista Judío”, “El grito”...Mientras JB mira enrededor, perdido, repara en la presencia de un niño de unos once años, de expresión inocente, que viste una camiseta de Micky Mouse y le observa con cierta timidez. JB se acerca a él y se agacha antes de hablarle en tono tierno:

ñ  JB – Hola pequeño ¿Que haces tu aquí? ¿Te has perdido?
(El niño se le queda mirando fijamente)
ñ  JB – (Cae en la cuenta) Espera...Yo te conozco...Tú...¿Eres yo? (El niño asiente, sonriente)
ñ  JB- Vaya, entonces tú y yo estamos coincidiendo en este extraño espacio...(Hace una pausa pensativa, el niño, contrariado, va a decir algo, pero justo en ese momento, JB se arranca a hablar de nuevo) osea, que tienes toda mi vida por vivir...¡Esta conversación podría cambiarlo todo! Menuda responsabilidad... (El niño mira boquiabierto) ¿Por donde empezar?  A ver... Ah, si, estás a tres años de conocer al que se Foll...Este...a tu padre (Para si mismo “¿Soy gilipollas o que?” será un niño, pero no dejo de ser yo mismo...) - Mirándole con cierta ternura- Solo recuerda esto, no es culpa tuya, nunca lo fué, acabarás siendo consciente con el tiempo, pero lo vas a pasar mal mientras te tenga convencido de lo contrario...Solo vive ¿Vale? (El niño se cruza de brazos, fastidiado, y le sigue mirando) Por si acaso, recuerda beber leche antes, pica menos. Si, no me mires así, no eres tonto, lo sé, yo tampoco lo era (Para si, ahora no estoy tan seguro...) Bueno tú...eres yo...osea que yo...era tu..ehhh...da igual. Cuando tengas dieciseis años te van a dar una paliza entre siete militares cejijuntos. ¿Por que? Por ser débil y al mismo tiempo distinto, no te dejes el pelo largo si no quieres, pero a mi me gustaba...el caso es que dará la casualidad de que ese dia llevarás un cuchillo de caza encima, haz lo que hice yo y tíralo antes del aluvión de golpes, creeme, aunque la recompensa por hacer lo que se debe sea acabar con las rodillas trémulas y la cara partida, esos tíos no merecerán la muda de ropa. Otra cosa sería que me los encontrara ahora sin cuchillo ni gilipolleces...(El niño hace un gesto clavado al del principio de levantar una ceja) ¿Que por que no lo he hecho ya? ¡Ja! Ya lo verás, los militroncos son como los chinos, hasta que no te pasas un par de años entre ellos, eres incapaz de diferenciar unos de otros...y...(De repente serio) Esto es importante, enamórate de la primera mujer que te bese con amor, yo fui incapaz de hacerlo y de ahí todos sus sinsabores con quienes han venido después...y todos los mios con quienes nunca han venido...Y...
ñ  JsinB(En adelante “niño”) - Y...¿Te quieres callar de una puta vez? Para ser alguien que (Con cinismo y crueldad) “Nunca se arrepiente de nada de lo vivido porque tanto los errores como los aciertos hacen de él lo que es” ...¡Hay que joderse la chapa que das con el pasado, tio! ¡No! ¡No soy tú con once años! ¿Vale? Soy tu puñetero subconsciente, tu pepito grillo a la fuerza. Por que tengo estas pintas es algo que ni se ni me importa, diria que tiene algo que ver con tu inocencia perdida o que se yo, pero tú no has sido inocente en tu vida, tu siempre lo has sabido todo ¿No es así? Imbécil arrogante...¿Que todo lo que desencadenó que conocieras a ese tío no es culpa mía/tuya? Lo sé, estoy tan tranquilo que doy hasta miedo, la culpa de esa mierda se la echas mejor a los genes y a su absurdo sentido del humor, a mi, déjame en paz.¿ Lo de los milikos ? Pues si eres capaz de reconocer a alguno algún día, date el gusto y hazle una cara nueva, y si no, pues no, al fin y al cabo te cargaste siete pares de manos con tu dura cabezota, que ya está bien ¿O no recuerdas las risas mientras el samur les vendaba y tú bebías con un colega a su salud? Quid pro quo colega...lo cual no quita que estuvieras como una puta cabra...(Para si mismo “¿`para que uso el pasado?”)
En cuanto a lo de María...recuerda siempre que el primer gilipollas que pasó por su vida fuiste tu y que ella es una gilipollas por buscar toda la gilipollez que desprenden tus labios en los labios de otros gilipollas, que nunca podrán llegar a ser tan gilipollas como tú. ¿Y que vas a hacer? ¿Seguir culpándote por ello? ¡No me jodas! Eras un crío, sigue a su lado como has hecho hasta ahora y por lo que más quieras...aplicate tu propio consejo.
ñ  JB - ¿Que consejo?
ñ  Niño- ¿Ves esta habitación? Esta es toda la mierda que has ido acumulando durante toda tu vida. Tío, solo vive, vive e intenta dejar algo de espacio para que los demás puedan vivir contigo.
Le ofrece la mano a JB, quien se la estrecha.

ñ  Niño- Ahora...¡Largo de aquí!

Le empuja hacia la puerta, Jb la cierra tras de sí y se produce un nuevo cambio de iluminación, todos en el piso de estudiantes le están mirando.

ñ  Hash (Preocupado) - ¿Estás bien? Te has levantado y has empezado a hacer cosas raras...
ñ  JB (Se queda asombrado, se recompone, mira el cuarto de porro restante, que siempre ha llevado entre los dedos, se lo lleva a los labios, saca el mechero y se lo enciende mientras se recuesta en el sofá, con un brazo sobre los hombros de MJ) Tío...Esta mierda es buena.

FIN.
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Cae en la Cuenta

                                            Rubén G Rodríguez

  • Joven
  • Niño
  • Bebé
  • Pareja Roquera con niña
  • Pareja Trajeada con niño 2
  • Las 3 Costureras
  • Coro: Kabukis negros, malagueños, Enfermeros
La acción transcurre en una salita y una calle Malagueña de los años 80. Las afirmaciones de dirección de derecha o izquierda es para los hombros del teatro pensando en los actores no al público. Los efectos de luz se realiza a través de la regulación en intensidad.

Autor: Rubén G. Rodríguez

Acto 1

Prólogo. Viaje al Pasado

Toda la escena está a oscuras y una luz cenital ilumina un sofá donde JOVEN está sentado en un sofá. Se escucha el sonido de una televisión. JOVEN apunta al público con un mando a distancia y cambia de canal, zapea hasta que llega a una cadena donde el protagonista habla sobre el niño interior. JOVEN comienza a quedarse dormido. El sonido del televisor cambia a unas voces.

Voz 1- ¡Tienes que evitarlo!
Voz 2- ¡Puede cambiar tu destino!
Voz 3- ¡que el niño no se entalle!
Voz 1- ¡Detenlo!
Voz 2- ¡Solo tienes 15 minutos!
Voz 3- ¡Ellos querrán impedírtelo!

Mientras las voces hablan, los KABUKIS quitan el sofá levantando al Joven y poniéndolo en el suelo. La luz comienza a iluminar la escena de manera progresiva.

Escena 1.Calle Malagueña. Tarde

El telón de fondo está dividido por 3 puertas. De derecha a izquierda Panadería, Librería y tienda ropa marcado con unos carteles sobre el marco de cada puerta. Este telón cae sobre un practicable bajo que hace las veces de acerado y una moqueta gris para la carretera. En la puerta de la panadería hay una moto/Bicicleta. En la pared hay un reloj de aguja. Encima de la Librería hay un reloj digital que marca 15:00. En la tienda de ropa hay una ventana/escaparate y un reloj digital en la parte alta que marca 15:00. Los relojes se activan. NIÑO sale a la puerta de la panadería y saca una sillita con BEBE.

Niño-(A voces)Se vende niño
              No es caro
              solo os lo tenéis que llevar
              solo 25 pesetas

Se levanta JOVEN y mira al NIÑO que vocifera. Se levanta y va a hablar con él.

Joven- Entonces vendes al niño, pues yo que tú no lo haría.
Niño- Yo soy tu, hazlo
Joven- ¿Sabes quien soy?¿como?
Niño- Y la pregunta que te falta¿Vienes por mí o por tí?

El JOVEN se queda sin hablar.

Niño- Voy a casa a vestirme de superhéroe
Joven- ¡Espera!

El NIÑO sale a correr hacia el hombro izquierdo y sale. El JOVEN intenta seguirlo, pero cuando inicia la carrera, comienza a llorar  el BEBÉ. El JOVEN se para y va a atenderlo. Mientras juega con él sale de la panadería LA PAREJA ROKERA con NIÑA.

Hombre- ¡Hombre lagartija que tal la vida!
Joven(desconfiado)- Bien, bien. Dedicándole la vida al teatro
Mujer- ¡Uy!que va de traje y corbata, como yo decía un alto cargo
Hombre- ¿Y de dinero que tal?
Joven- No demasiado bien, vivo de las becas y alguna cosilla que me sale.
Hombre- Vamos al bar del Tano a comernos unas alitas picantes(hace el gesto de caerle la baba)

Salen los personajes por el hombro derecho. Se produce el efecto aceleración. Los relojes avanzan más rápido, Se escuchan brindis , risas y las palabras “Dinero, trabajo y Teatro” y los Malagueños andan por la calle rápido entrando y saliendo de escena. Mientras tanto la NIÑA corre hacia la librería y allí se reúne con NIÑO. NIÑO se levanta cabreado y se monta en la moto y sale de escena por la derecha. NIÑA se levanta y sale de escena por la izquierda. Los malagueños desaparecen y el tiempo de los relojes vuelven a funcionar despacio en 10:00.

Escena 2.Calle Malagueña. Atardecer

Sale el JOVEN por el hombro derecho. Se le notan síntomas de cansancio y ebriedad. Tres COSTURERAS observan al JOVEN desde la ventana de la tienda de ropa. Salen al encuentro del JOVEN.

Costurera 1- Que grande te has hecho
Costurera 2- Pero que flaco estas
Costurera 3- Mira que camisa
Joven- Creo que soy bastante feo, lo reconozco, pero ¿podríamos cambiar de tema?. Estoy buscando al hijo del panadero.
Costurera 1-Todavía te queda para eso chiquillo
Costurera 2-Aún deben cambiar mucho las cosas
Costurera 3-Bueno, comienza por venirte con nosotras a casa.
Joven- No puedo, lo siento, debo...

Las COSTURERAS tiran de JOVEN hacia la izquierda y salen de escena. Se produce el efecto aceleración. Los relojes avanzan más rápido, Se escuchan Risas de viejas,cucharas rebañando envases y las palabras “Flan de chocolate, Flaco y Imagen” y los Malagueños andan por la calle rápido entrando y saliendo de escena. El niño atraviesa la escena montado en su moto de derecha a izquierda. Los malagueños desaparecen y el tiempo de los relojes vuelven a funcionar despacio en 05:00.

Escena 3.Calle Malagueña. Anochecer

Llega la PAREJA TRAJEADA con NIÑO 2. Entran por la izquierda y miran en la panadería. Siguen andando hacia la derecha cuando aparece JOVEN por la izquierda.

Hombre- ¡Coño, mira quien viene a vernos!
Mujer-¡Miralo, si ya es un hombretón!
Joven-Como se nota la gente con clase.¿De donde venís?
Hombre- Pues acabamos de llegar de Castañuelo.
Mujer-y tienes novia
Joven- No,no me la puedo permitir
Hombre-Pero tendrás que hacer una casa
Mujer- Tener descendencia
Joven- Buff. No sé
Hombre-Vamos a tomarnos unos vinos y unos espetos en la Taberna del Tano.
Mujer- Así nos cuentas eso de que no puedes mantenerla

Salen los personajes por el hombro derecho. Se produce el efecto aceleración. Los relojes avanzan más rápido, Se escuchan brindis , risas y las palabras “Novia, hogar y raíces” y los Malagueños andan por la calle rápido entrando y saliendo de escena. Mientras tanto la NIÑO 2 corre hacia la librería y allí se reúne con NIÑO. Juegan con robots hechos con pinzas. NIÑO rompe robots de NIÑO 2 y este se levanta cabreado y sale de escena por la derecha. Los malagueños desaparecen y el tiempo de los relojes vuelven a funcionar despacio en 01:30. NIÑO anda hacia la panadería.

Escena 4.Calle Malagueña. Anochecer

Sale el JOVEN por el hombro derecho. Se le notan síntomas de mucha ebriedad, se apoya en las paredes y anda arrastrando los pies. Llega hasta el sitio donde está el NIÑO.

Joven- jaua juau jaaa juuu
Niño- que dices
Joven-(señalandole la cremallera)jaua juau jaaa juuu
Niño- No te entiendo(Se comienza a subir la cremallera)
Joven-jaua juau jaaa juuu
Niño-(Grita de dolor)aahhhhh

Suena la ambulancia, iluminación azul y roja intermitentes en el hombro izquierdo. Salen dos enfermeros y se llevan a NIÑO. El contador del reloj se pone en 00.00.

Joven(con los brazos al cielo)-noooooo(se desmaya)

Epílogo. Vuelta al presente

Toda la escena está a oscuras y una luz cenital ilumina donde joven está tendido. Se escucha unas voces mientras que figuración Kabukis lo levanta y lo sienta en el sofá que han traído.
Voz 1- ¡No lo has conseguido!
Voz 2- ¡Seguirás teniendo problemas de relaciones!
Voz 3- ¡solo tenías que evitar que el niño se entallase!
Joven se levanta apunta al público con un mando a distancia y cambia de canal, zapea hasta que llega a una cadena donde el protagonista habla sobre la madurez sexual del León. JOVEN comienza a quedarse dormido. El sonido del televisor cambia a unas voces.

Voz 1- ¡Tenemos que impedir que rompas con la rubia!
Voz 2- ¡Esa mujer te cambió la vida!
Voz 3- ¡El religioso intentará impedírtelo!



CIERRE DE TELÓN